Desaparecido el Bodegón de la Victoria o Bodegón del "Mimi", la tertulia quedó un poso que fue recogido por los más jóvenes como Rafael Rufino Félix Morillón, hoy uno de los más prestigiosos poetas, no sólo de Extremadura sino de este país. También se encontraba Fermín Ramos Sánchez, abogado, y una de las personas que más sabía de Mérida en todos los conceptos, y que ayudó de manera decisiva a hacer el dossier para que Mérida fuera nombrada Conjunto Arqueológico en la Mérida de Venezuela.

Fermín era ya Cronista Oficial y uno de los impulsores más brillantes de la cultura emeritense. De casta le venía porque su padre, Arsenio Ramos, que escribía con el seudónimo de "Magister" en el semanario "Gil Blas", era todo un personaje en la ciudad. Maestro del colegio Trajano, formaba parte de la tertulia primera.

NUEVA GENERACION Y Alberto Oliart Saussol, buen poeta como su madre Matilde Saussol que formaba parte de la tertulia como única mujer.

Alberto Oliart no podía estar presente en las tertulias y mandaba sus poemas a la revista Olalla, fundada por los poetas en 1957. Esta duró pocos meses por la escasa economía que tenían los escritores, y su director era Félix Valverde Grimaldi. En el consejo de redacción se encontraba Juan María Robles, un sacerdote al que siempre aprecié de forma especial, amigo de la familia y que estuvo leyéndole poemas a mi padre Jesús Delgado Valhondo mientras moría en la habitación de la Clínica Clideba en Badajoz. Mi padre murió oyendo poemas y rodeado de los suyos. En este consejo estaba el periodista y maestro Santos Díaz Santillana y otro buen poeta, Carlos María Fernández Ruano que administraba la revista. Rafael Rufino Félix era el benjamín del grupo.

Del Bodegón del "Mimi" se pasó al quiosco situado en la plaza de Santa Clara, conocida a primeros de siglo como plaza de los "melones". En ella seguía la tertulia a la hora de las copas y al anochecer. Pero la desaparición de la mayoría de los tertulianos dió paso a otros jóvenes, que se reunían en el bar Trópico,(de José María Saussol), en el salón de actos de la Cámara Agraria, en la calle San Salvador, en algún aula del Instituto Santa Eulalia o en el Liceo.

En 1963 ya comenzaron varios jóvenes a formar parte de la primera tertulia y originaron varios cuadros teatrales, dándole vida a varias obras, una de ellas dirigida por Julio Román Seco, que posteriormente sería concejal de Cultura del ayuntamiento.

También se creó la revista hablada "Arco" en el Instituto Extremadura y allí se representó el 13 de febrero de 1963 la obra "Telaraña" y el 15 del mismo mes se hizo lo propio en el salón de actos del sindicato.

Comenzaba, pues, una etapa apasionante en la cultura emeritense. En esta obra intervinieron Julio Román, Pedro Burgos, Manuel Avila, María del Carmen Ruiz, Amalia Padilla, José Luis Arellano y María del Pilar Martínez. Los decorados fueron obra de José Antonio Ferreiro y la luminotecnia y efectos especiales de Vicente Ruiz. De la adaptación y dirección se hizo cargo Julio Román.