El traslado del mercadillo desde su antiguo emplazamiento, la avenida de la Hispanidad, al recinto ferial, fue acogido ayer, en general, de manera satisfactoria por los emeritenses, aunque también hubo algunas voces discrepantes.

Los ciudadanos que vieron más ventajas que inconvenientes destacaron los mejores accesos, un buen número de aparcamientos y calles más anchas.

Por contra, otros usuarios se quejaron de que está peor comunicado que el anterior.

Los vendedores también parecían conformes, ya que disponen de más espacio para colocar las furgonetas y las mercancias, aunque no fue un día de mucha venta, algo que achacaron a que todo el mundo andaba un poco despistado.

El mercadillo tiene forma ovalada y cuatro calles de 31, 55, 16 y 79 puestos cada una, además de cinco entradas, que también hacen las veces de salida de emergencias. Son 181 puestos, aunque todos no están ocupados, de hecho, se va a abrir el procedimiento para entregar 38.

El concejal de Mercados, Alfredo de la Rubia, recorrió las instalaciones durante la mañana y recibió algunas quejas, ya que hay casos en los que las farolas caen en medio de los puestos. Otra cosa que le pidieron fueron rampas en los accesos.

La portavoz del gobierno, Pilar Vargas, también se dio una vuelta por el recinto para comprobar si el cambio había gustado, "y creo que sí", afirmó.