Los vecinos de María Auxiliadora han elevado el tono de sus quejas hacia las desatenciones que recibe la barriada en asuntos como la seguridad o las infraestructuras. El presidente de la asociación vecinal, Pablo Simón, enumeró ayer una serie de deficiencias, entre ellas las obras realizadas en las calles que aún no han terminado (comenzaron en julio y tenían un plazo de ejecución de tres meses), así como los agujeros que se crean en la plaza de Oscar Arias.

Pero a estas quejas se han sumado últimamente algunos asuntos relacionados con la falta de seguridad. Así, se han producidos robos en una tienda de muebles, en el bar Siglo XXI y, la pasada Nochevieja, se llevaron una churrería instalada en una caravana. Los vecinos se quejan de botellones, carreras de coches y la presencia de "perros peligrosos" sin correa.