Dos asociaciones de vecinos denunciaron ayer distintas actuaciones que se llevan a cabo en la ciudad. Santa Catalina se quejó de las molestias, e incluso el peligro físico para los ciudadanos, que les están ocasionando las obras que se realizan en la avenida de Extremadura. Los residentes en zona y adyacentes aseguran estar "más que hartos", porque "cada día nos toca caminar entre coches circulando, máquinas trabajando y operarios por medio, sin vigilancia policial", según la presidenta de Santa Catalina, María Victoria Marrufo.

Por otro lado, la Asociación de Vecinos de La Antigua denunció la venta ambulante y el horario de cierre de algunos establecimientos de la zona, "donde se vende de todo y nadie dice nada". Además, reitera, se hace sin el control policial, e insta a los comerciantes a unirse contra la "competencia desleal".