Casi 20.000 viviendas familiares de la ciudad no tienen medidas de accesibilidad para personas con alguna minusvalía física, más del 80% de las existentes, y sólo 4.000 disponen de ellas. Además, 2.000 presentan unas condiciones deficientes para su habitabilidad --casi un centenar en estado ruinoso--, y 11.000 carecen de ascensor. Son algunos de los aspectos que refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al último censo de vivienda.

Según los datos del INE, en Mérida 3.000 personas viven en edificios deficientes para su habitabilidad, y de los edificios, un millar presentan unas condiciones malas o deficientes, aunque la gran mayoría, 8.000 están en buen estado, ya que son relativamente nuevos.

Asimismo, el instituto registra que un 10% de las segundas viviendas; es decir, de aquellas que no son residencias habituales, no guardan las garantías suficientes para ser ocupadas, casi 1.800 no tienen medidas de accesibilidad, y en torno a 400 sí disponen de ellas.

Por otro lado, un centenar de locales de trabajo están en deficiente estado, de los 3.200 contabilizados en la ciudad. De ellos, según las cifras del INE, algo más de 2.000 están en activo y casi 800 no tienen actividad.

De los locales activos, la gran mayoría son para negocios comerciales, cerca de 800 están dedicados a oficinas, 114 a industrias, y en menor número a tareas relacionadas con la sanidad, la educación y la agricultura.