Cada vez más, los meses de julio y agosto son claves para el sector hostelero de la ciudad. Durante este periodo la mayor parte de los restaurantes, cafeterías y bares ve aumentada su demanda casi un 70% en relación con otros meses del año, circunstancia que atribuyen al incremento de turistas que vienen a disfrutar del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, pero también a otras actividades, como la celebración de cursos de verano. Cinco de cada seis restaurantes consultados por este diario reconocen que este tipo de actividades son imprescindibles para que se mueva la economía durante la etapa estival. "Esperamos estas fechas como agua de mayo", aseguran los empresarios del sector.

Aunque coinciden en que todavía es pronto para hacer previsiones de cómo irá el verano, reconocen que el mes de julio está funcinando bastante bien, aunque el volumen de clientes se mantiene con respecto al año pasado por estas fechas siendo, como cabe esperar, los fines de semana los días de más movimiento. El teatro ha sido hasta ahora, la clave para dinamizar durante el verano uno de los principales sectores de la economía local.

Los hosteleros comienzan a preparase meses antes de que arranque la cita anual para poder cubrir así las necesidades de los turistas que vienen a la ciudad movidos por la cultura. "Cada año esperamos esta fecha como agua de mayo" reconocen algunos miembros de este sector, que en algunos casos, como en el restaurante Asador Baco, pueden llegar a ingresar hasta 800 euros diarios. "Según la zona del establecimiento se nota más o menos la demanda, aunque por lo general ahora es buena" explica la camarera de la cafetería La Jijona, que también alude a los cursos de verano de la Uned como un factor clave en el aumento de clientes.

En general coinciden en que el teatro genera gran movimiento y aunque este se concentre principalmente los fines de semana y en los días de estreno de las obras, algunos afirman que también puede apreciarse durante la semana. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las pernoctaciones. Los empleados de algunos hoteles coinciden en que los turistas no suelen aprovechar su visita al Festival de Teatro para pasar la noche en Mérida y piden medidas. "Mérida no tiene ocio nocturno más allá del Teatro Romano, por eso la gente no alarga sus estancias", alega Magdalena Bergas, propietaria del mesón El Alfarero.