El poeta y escritor Luis Moreno Torrado llega a Mérida de manos de Eugenio Macías en 1897, y el semanario La república comienza a publicarse en febrero de este año.

Gracias a él hemos podido conocer cómo se vivía en Mérida durante los años finales del siglo XIX y comienzos del XX. El semanario La República, que se autodenominaba "defensor de la Unión Republicana y de la región Extremeña", era un semanario político, literario, científico y noticiero. Se encontraba en la calle Holguín número 29 principal y la tipografía era de Plano y Corchero y posteriormente sólo de Corchero. Luis Moreno Torrado era su director y quien escribía casi la totalidad del periódico. Dio rienda suelta a sus poemas y cientos de ellos publicados en La República, muchos inéditos y que se hicieron para determinada ocasiones.

LAS OBRAS Ya en 1904 había obras de este autor agotadas, como Explosiones del sentimiento , Exhalaciones del alma , Palpitaciones de un corazón , Mostaza y ortigas , Vibraciones de una lira , Idilios y elegías y Nuevas elegías . En venta Poemas y episodios , ¡Sin hijos y con bienes! , poemas; En busca de igualdad , también de poemas; En busca de la igualdad , poemas; Poesías serias en dos tomos de 500 páginas cada uno; humorismo y sátiras un tomo de 300 páginas; y Vicios, apuros y risas , una comedia en dos actos que tenemos completa en el semanario la república.

Estas obras se podían adquirir en la calle Cipriano Piñero, número 7 bajo, actual Félix Valverde Lillo, que es donde estaba ubicada la redacción del semanario que antes se encontraba en la calle Holguín.

Las obras costaban de una peseta a seis los dos tomos de 500 páginas y a los suscriptores del semanario se les hacía un descuento del 25% y a los libreros que compraran seis ejemplares del 30%.

Luis Moreno Torrado era una fuente inagotable como escritor, tenía una tremenda facilidad para improvisar un poema y lo hizo en repetidas ocasiones en distintos actos a los que asistió y propició desde las columnas de su periódico. Era un personaje, por lo que se deduce de sus escritos, muy serio, y tremendamente respetuoso con las críticas, aunque no era creyente tiene poemas preciosos sobre la religión y otros muy críticos contra ciertos sectores de la Iglesia.

Por sus crónicas, cuyos seudónimos ya los dimos el pasado domingo, conocimos todas las fiestas que se celebraban en la ciudad, como las ferias de febrero, los carnavales, pasaba de largo en las fechas de la Semana Santa, las ferias de septiembre, la industria emeritense, el ferrocarril y su importancia sociológica en Mérida, tiene un estudio y con reportajes del Hospital Psiquiátrico espeluznantes, pero que están ahí y que es una forma de conocer cómo vivían y en qué condiciones estos enfermos. Las fiestas de Navidad eran otro de los acontecimientos que destacaba y, sobre todo, los actos culturales de todo tipo que se celebraban en las distintas sociedades recreativas.

Iremos desgranando su participación en los acontecimientos de esta ciudad, donde tuvo una importante gestión para su definitiva consecución en determinadas instituciones.