Luis Moreno Torrado nació en Salvaleón el 11 de abril de 1853, según un estudio de Tomás Rabanal Brito. Era de familia modesta. Se trasladaron a Almendralejo cuando contaba seis años, y allí tudió sus primeros cursos. Posteriormente pasó al seminario de San Atón de Badajoz. Terminó bachiller con notas de sobresaliente y con mucho esfuerzo se matriculó en la facultad de Filosofía y letras en la Universidad Central de Madrid e intentó hacer notaría.

Las pocas posibilidades económicas de su familia le llevaron a tener que abandonar sus estudios y buscar trabajo.

Vuelve a Extremadura triste y desilusionado al no poder continuar sus estudios cuando le sobraba inteligencia, pero le faltaba la ayuda económica para su continuidad.

Por sus escritos y poemas puede comprobarse que era un hombre serio, prudente, trabajador incansable y un republicano de los que dan ejemplo. Deambula de un lado a otro hasta que en 1897 conoce a un benefactor que le hará pasar los mejores años de su vida, Eugenio Macías, un emeritense nacido en Calamonte, que le nombra director del semanario La República .

AMISTADES Sus amigos en Mérida fueron muchos y buenos, principalmente intelectuales. Eugenio Macías, empresario emeritense y administrador del semanario La República , que confió en Luis Moreno Torrado desde su creación en 1897 hasta 1905. Otros buenos amigos eran el escritor y médico Felipe Trigo, que tuvo con él largas y sustanciosas conversaciones, intercambiándose escritos cuando ambos, en esta época, estaban en su momento más álgido; Antonio Fadón, director médico del hospital psiquiátrico de Mérida y que escribió una historia de Mérida en 1906; Francisco Corchero, empresario y dueño de una de las imprentas más conocidas en Mérida y socio durante algunos años de Pedro María Plano, llamándose la imprenta Plano y Corchero, y Tomás Lancho, personaje que hemos podido recuperar, empresario y dueño del comercio La Verdad, en la calle San Francisco y primer tesorero de la Cruz Roja, fundador del Liceo y durante diecinueve años concejal emeritense.

Luis Moreno Torrado conducía una tertulia envidiable y todas las alentaba con sus escritos, las animaba y consiguió que la cultura en Mérida fuera a más en su centro social La Tercia, de signo republicano. Escribió sus crónicas con diversos seudónimos, es decir, el semanario lo escribía casi el solo y algunos colaboradores. Para poder disimular un poco su fructífera pluma escribía como: Arístides, Lemet, Castaño Oscuro, Un crítico por fuerza, El revistero de siempre, LMT, La redacción, Un soltero disponible y pequeñeces.

Este grupo de amigos, con otros intelectuales de la época, fundaron el Liceo de Mérida, propiciaron que el teatro Ponce de León tuviera una actividad cada semana con obras de teatro, zarzuela, operetas, conferencias y actos culturales de todo tipo.

No nació en Mérida pero escribió en esta capital libros, poemas e impulsó la cultura hasta las mayores cotas. Todo esto lo vamos a ir conociendo en sucesivos reportajes, ya que el personaje lo merece.