TEtl mejor tiempo de lucimiento para nuestra ciudad en este año ya prácticamente se nos ha marchado, y digo el mejor tiempo porque es cuando mayoritariamente afloran los visitantes turísticos y los espectadores de nuestro Festival de Teatro, pero aunque así sea, no estaría demás que nuestras autoridades y cada edil con sus competencias se percataran de los problemas que nuestra ciudad adolece, así como sus necesidades.

Y es que hace dos o tres días, mientras transitaba, estuve observando a unos forasteros que paseaban por la calle Santa Eulalia hasta la plaza de España, y casi sin querer les iba escuchando los comentarios negativos que iban haciendo con referencia al apagado de las fuentes luminosas en el centro a las dos de la tarde, al mal estado del pavimento en Santa Eulalia, la suciedad tan arraigada con las manchas que producen los chicles en el granito, los papeles por el suelo a pesar de las papeleras y los residuos caninos que no faltaban. Ese tipo de suciedad también tiene solución cuando se busca.

Los comentarios no podían ser más negativos, sobre todo cuando lo hacían a sabiendas de que Mérida es Patrimonio de la Humanidad, y que además estábamos en unas fechas propicias de recibir a miles de turistas.

Y es que la razón no tiene más que un camino, aunque me puedan catalogar como la 'mosca cojonera' de esta ciudad porque digo las cosas con mucha claridad. Pero la verdad no tiene vuelta de hoja, que es decirla por si hay suerte y alguno de los mandatarios responsables o todos, en lugar de enjuiciar a los críticos (porque siempre son los mismos), se ponen manos a la obra y mejoran el aspecto de la ciudad. Es además la primera obligación de un político, que tiene la sana intención de trabajar en pos de la ciudad y de sus ciudadanos.

Y a mí se me ha ocurrido que a nuestro ayuntamiento que tanto le gusta podría privatizar o externalizar un servicio de vigilancia -vestidos de paisano-; primero para mejorar el aspecto callejero, y después como medio recaudatorio para mejorar las arcas de nuestro ayuntamiento que tan necesitado está.