DIRECTOR DE LA FUNDACION ACADEMIA EUROPEA DE YUSTE

Desde que España ingresara en la Unión Europea en el año 1986, Extremadura ha sido una región receptora de ayudas para su propio desarrollo, incidiendo particularmente en las infraestructuras, en la cohesión social y en el fomento de las nuevas tecnologías.

Todas ellas han servido durante años para que nuestra comunidad creciese y pudiese alcanzar cotas que la acercasen a la media europea.

Hoy por hoy tenemos que advertir que las ayudas dirigidas a España se irán recortando, ya que la incorporación de nuevos miembros a la Unión con economías más necesitadas que la nuestra así lo exige.

Esto, que ya ha comenzado a ser una realidad, no debe ser ningún condicionamiento, pues Extremadura cuenta hoy día con las herramientas y recursos suficientes como para seguir creciendo al ritmo de los demás.

Poco a poco nos hemos dado cuenta de que podemos hacerlo, y lo haremos (ya lo hacemos) apoyándonos en nuestros activos más sólidos y rentables entre los que se encuentran: la Naturaleza, la Cultura, el Patrimonio histórico y artístico, el sentimiento de ciudanía europea y el desarrollo de la sociedad de la información.

Estos ejes, precisamente, son los que sustentan el proyecto que la ciudad de Cáceres defiende para optar a la capitalidad europea de la cultura en 2016.

Un proyecto verdaderamente comprometido, en el que se demuestra el avance que nuestra región ha experimentado durante los últimos años, en el que el reflejo de nuestra historia, cultura y futuro queda patente y en donde nuestras apuestas más vanguardistas tienen también un lugar importante. En definitiva, estamos hablando de un proyecto que tiene todo el apoyo de la Fundación Academia Europea de Yuste para demostrar la vocación y el compromiso con Europa de la ciudad de Cáceres y por tanto de sus ciudadanos, porque es nuestra hora en Europa, es la hora de Cáceres en Europa o, dicho de otro modo, la de Extremadura entera en Europa, pues todos los extremeños somos hoy ´Cáceres 2016´.