Este año Naciones Unidas ha centrado su foco en la importancia de aprovechar el agua y lanza un dato preocupante: más del 80% de las aguas residuales generadas en el mundo regresa al ecosistema sin haber sido tratada o reutilizada.

En el caso de España, el país cuenta con una importante infraestructura de saneamiento integrada por redes, estaciones depuradoras y sistemas avanzados para la reutilización de las aguas residuales. Sin embargo, la obsolescencia, la falta de mantenimiento, y la falta y/o exceso de la capacidad de depuración instalada son factores que pueden comprometer la viabilidad del servicio en el futuro.

La depuración y la reutilización del agua -en la que España ostenta el liderazgo europeo, pese a que solo se reutiliza el 9% del caudal depurado- representan un reto para cerrar el ciclo del agua dentro de la gestión integral, de la sostenibilidad ambiental y de la eficiencia en el uso de este recurso. Las oportunidades de explotar las aguas residuales como recurso son enormes. Las aguas residuales gestionadas de forma segura son una fuente sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.

Investigación y Desarrollo, claves para aportar nuevas soluciones. La labor de I+D que puede desarrollar una empresa experta en la gestión de un servicio de agua para alcanzar estos objetivos es fundamental. Aqualia gestiona unas 445 depuradoras en diferentes puntos de la geografía, 25 de ellas en Extremadura, de diverso tamaño y características. La investigación en temas de depuración es clave para la empresa. Actualmente, además de optimizar el funcionamiento de las plantas que gestiona, está desarrollando numerosos programas de investigación para el máximo aprovechamiento de las aguas residuales.

La depuradora como ‘fábrica’ de bioenergía. Aqualia está embarcada en varios proyectos muy innovadores, algunos pioneros en su campo. ALL-GAS, es un proyecto de depuración sostenible, enmarcado en el 7º Programa Marco de la Unión Europea (FP7). Busca transformar los efluentes de las estaciones depuradoras de agua residual en biomasa y la transformación de esta biomasa en biogás, con una calidad suficiente para su uso en automoción.

En esta misma línea se sitúa el proyecto SMART Green Gas cuyo objetivo es obtener biocombustible renovable y de origen 100% español para coches de gas natural comprimido a partir de las aguas residuales que llegan a la depuradora procedentes de los hogares. El proyecto se está desarrollando en Jerez de la Frontera en colaboración con la compañía SEAT, que ya ha probado el biocombustible resultante, probándose que se reduce en un 80% las emisiones de CO2.