España puede presumir de tener en el mundo nupcial uno de los principales nichos de mercado internacional. Nuestra forma de concebir la moda, los complementos y la organización de banquetes gusta en el exterior. Actualmente, ocupa el segundo lugar en el ranking de mercados exportadores del sector, tras China. La demanda, que en ciertos momentos estuvo tocada por la crisis, se está recuperando. El negocio de la moda nupcial factura 1.300 millones de euros en vestidos de novia. Ahora el principal reto de futuro es que la generación ‘millenial’ también guste de vestirse de blanco (o del color que quiera) de la mano de nuestros diseñadores. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio que fue encargado por la Barcelona Bridal Fashion Week al profesor del IESE José Luis Nueno, experto en la industria de la moda y doctor en Business Administración por la Universidad de Harvard. Según el estudio MillennialBrides, nacer en los 80´s, casarse hoy, realizado por el profesor Nueno, la relevancia del sector de los vestidos de novia en España es indiscutible: con una facturación global de cerca de 1.300 millones de euros, este segmento supone del 12,9% sobre el conjunto del sector textil.

El sector cuenta con una red de 700 compañías, da empleo a más de 6.000 personas, produce cada año 755.000 vestidos de novia y es el único país occidental con una producción superior a la demanda interna. Cataluña, en este sentido ostenta un 41,6% de la producción total.

Las exportaciones, que constituyen el 40,7% de la facturación de vestidos de novia bridal ‘made in Spain’, han conseguido compensar la caída del consumo interno con las ventas en países extranjeros. Así, gracias a la estrategia de internacionalización de las principales marcas del sector, en el periodo 2007-2014 la exportación de los vestidos de novia españoles ha experimentado una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR por sus siglas en inglés) del 12%, llegando a un valor de 507,4 millones de euros y triplicando en valor absoluto el importe del ejercicio 2007. Actualmente, el producto español es especialmente apreciado en el extranjero, donde el diseño y la calidad de los productos Made in Spain siguen triunfando.

La presencia de las marcas españolas en el mundo se concentra sobre todo en Europa (77%), seguida por los países de la región Asia - Pacífico con el 10%, el 5% en EE.UU., el 7% en Latinoamérica y el 1% en Oriente Medio. En su proceso de internacionalización, los operadores optan en el 91% de los casos por distribuir sus productos en tiendas multimarca.

A nivel mundial China es el mayor productor de vestidos de novia con 10,6 millones de unidades de las que el 72% tiene como destino la exportación. Estados Unidos es el tercer país productor de vestidos de novia, por detrás de China y Vietnam, con una producción de 1,8 millones de unidades.

MERCADOS. Pero según el profesor Nueno “las firmas bridal españolas deberán adaptarse a los mercados de futuro para seguir creciendo y encontrar nuevas oportunidades, esto significa que deberán salir de las plazas tradicionales europeas y abrir nuevos puertas en el exterior”. En este sentido, el estudio apunta como objetivos para el 2020 a países de Latinoamérica como Brasil, México, Argentina, Perú y Colombia.

Y es que según los resultados del estudio, las previsiones en la compra de vestidos de novia para el 2020 a nivel mundial son positivas: México y EAU son los países con mayor potencial de crecimiento con unas tasas de 3,6 y 3,5% como consecuencia del número de enlaces y el gasto medio de cada pareja en la boda. Estados Unidos permanecerá como el mayor mercado con una tasa de crecimiento del 2,6%.

En España, aunque descenderá el número de matrimonios por razones demográficas, el desembolso alcanzará o incluso superará en 2020 los niveles de antes de la recesión de 2006 hasta situarse en los 1.729 euros para el vestido de novia.