Iberdrola lleva apostando desde hace más de 100 años por las energías más respetuosas con el medio ambiente. Ya desde sus inicios, en los primeros años del siglo XX, la compañía centró su negocio en la puesta en marcha de centrales hidroeléctricas y en las últimas décadas se ha convertido en líder mundial en el desarrollo de la energía eólica.

La empresa fue capaz de anticiparse a las necesidades y exigencias de la sociedad al apostar por esta tecnología, la más madura de las renovables a día de hoy, que ya tiene un papel destacado en el mix energético español donde ha llegado a cubrir más del 21% de la demanda energética y se sitúa como la tercera energía del sistema.

Gracias a esta firme apuesta, Iberdrola ha alcanzado los 8.360 megavatios (MW) renovables en Europa, lo que le ha consolidado como la empresa de referencia en este tipo de energía en el continente.

Gracias a esta potencia instalada, la compañía podría dar suministro a más de 4 millones de habitantes europeos y evitar la emisión a la atmósfera de unos 15 millones de toneladas de CO2.

Iberdrola dispone ya de instalaciones renovables en once países en Europa: España (con 5.963 MW instalados), Reino Unido (1.112 MW), Francia (303 MW), Grecia (257 MW), Polonia (184 MW), Hungría (158 MW), Italia (122 MW*), Portugal (92 MW), Rumanía (80 MW), Alemania (63 MW) y Chipre (20 MW), donde ha construido principalmente parques eólicos, que es la base de su negocio, y desarrolla otras tecnologías renovables como las marinas o la biomasa.

El grupo, que también cuenta con proyectos eólicos en Estados Unidos y Latinoamérica y en total extiende su negocio renovable por 23 países en todo el mundo, es el líder mundial de este sector, tanto por potencia --con 14.000 MW de capacidad al cierre de marzo de 2012-- como por producción eléctrica --más de 20.700 millones de kilovatios hora generados durante el pasado año--.

Así, Iberdrola cuenta en su cartera con algunas de las principales instalaciones renovables a nivel internacional como son el complejo de Whitelee, en Escocia; Peñascal, en Estados Unidos; el parque eólico de Maranchón, en Guadalajara, o el Marquesado, en Granada.

Desarrollo de nuevos proyectos de energía eólica marina. La empresa, fiel a su compromiso con el desarrollo sostenible y la reducción de emisiones, considera prioritaria su expansión en el ámbito de las nuevas energías renovables y por eso está promoviendo la energía eólica marina como una de las bases de su crecimiento futuro y persigue liderar el desarrollo de esta tecnología, a la que considera como la segunda revolución de las energías renovables, como ya hizo con la energía eólica terrestre.

Para lograr este objetivo, el grupo ha creado una Dirección de Negocio Offshore, con sede en Escocia, que impulsa la paulatina puesta en marcha de las instalaciones eólicas marinas de su cartera de proyectos, que ya suma más de 11.000 MW en todo el mundo.

El primer proyecto offshore de Iberdrola, que lo desarrolla junto a la compañía danesa Dong y se denominado West Of Duddon Sands, tendrá una potencia de 389 MW y está previsto que entre en funcionamiento en 2013.

En cuanto a los proyectos a largo plazo, destacan el de East Anglia Array, que va a desarrollar en aguas inglesas junto a la empresa sueca Vattenfall y que contará con 7.200 megavatios, el proyecto de Wikinger, parque situado en aguas alemanas del mar Báltico que dispondrá de una capacidad instalada de 400 megavatios y la planta que realizará con la empresa francesa EOLE-RES tras recibir la concesión del Gobierno francés de los derechos exclusivos para la construcción y operación del parque eólico marino de Saint-Brieuc, de 500 megavatios.

Iberdrola también es pionera en el desarrollo de proyectos para el aprovechamiento de la energía marina.

Actualmente impulsa sus iniciativas en dos frentes: captación de la energía de las olas, a través de una planta en la isla de Orkney con tecnología Pelamis P2, y captación de la energía de las corrientes, con una planta en la costa Oeste de Escocia que utiliza turbinas Hammerfest.