El consumo de bombeo de Iberdrola -la capacidad de agua almacenada en los depósitos de las centrales hidroeléctricas de este tipo, de gran flexibilidad- entre los días 10 y 12 de marzo ha marcado un nuevo máximo histórico.

En concreto, las plantas de bombeo de la compañía tuvieron un consumo, entre el sábado y el lunes, de 104 gigavatios hora (GWh). Esta cifra supone que el 75% de la energía de bombeo del sistema en este periodo correspondió a Iberdrola. La energía generada supera con creces el máximo de almacenamiento con bombeo registrado en el ejercicio 2017 en un periodo equivalente, que se situó en 73 GWh entre los días 29 de abril y 1 de mayo.

Estos 104 GWh equivalen a la capacidad de almacenamiento de casi 8 millones de baterías de 13,5 KWh. Asimismo, el bombeo acumulado en las fechas mencionadas equivale al consumo diario de más de 18 millones de hogares españoles o, en otros términos, al consumo medio anual de 50.000 hogares.

Estos niveles han sido posibles gracias a la confluencia de varios factores: la gran cantidad de agua y viento que ha dejado la borrasca Félix, combinada con una demanda de energía baja, ha permitido que las plantas de bombeo utilicen el exceso de energía renovable en el sistema para desplazar el agua desde los embalses hasta los correspondientes depósitos superiores para su almacenamiento.

En este sentido, las centrales hidroeléctricas de bombeo -tecnología en la que Iberdrola es líder, con una potencia instalada de 4,4 gigavatios en todo el mundo- son el método de almacenamiento energético más eficiente a día de hoy, al no generar ningún tipo de emisión contaminante a la atmósfera y presentar altos niveles de rendimiento.

DOS EMBALSES. Este tipo de centrales cuentan con dos embalses a distinta altura que permiten almacenar el agua en los momentos de menor demanda y aprovecharla para generar energía en las horas de mayor consumo.

En las horas ‘valle’, generalmente durante la noche en los días laborables y los fines de semana, se usa la energía sobrante -que además en esas horas tiene un coste más bajo en el mercado- para elevar el agua contenida en el embalse situado en el nivel más bajo al depósito superior por medio de una bomba hidráulica que hace subir el agua a través de una tubería forzada y de la galería de conducción. El embalse superior actúa, así, como un depósito de almacenamiento.

Durante las horas ‘pico’, es decir, durante el día, la central de bombeo funciona como una planta hidroeléctrica convencional: el agua acumulada en el embalse superior cerrado por una presa se envía por la galería de conducción al embalse inferior para ser turbinada.

El complejo Támega, en el norte de Portugal, es uno de los mayores proyectos energéticos de Iberdrola, al que destinará una inversión superior a los 1.500 millones de euros. Este gran proyecto conlleva el desarrollo de tres aprovechamientos hidroeléctricos que estarán operativos entre los años 2021 y 2023: Alto Tâmega, Daivões y Gouvães, cuya capacidad total de generación de energía eléctrica alcanzará los 1.158 megavatios (MW), más del 6% de la potencia instalada de Portugal. La producción anual prevista asciende a cerca de 1.800 gigavatios hora (GWh).

El aprovechamiento del Alto Támega estará formado por una presa de 107 metros de altura (equivalente a la de la catedral de Salamanca), en cuya base dispondrá de una central con una potencia de 160 MW y una producción estimada de 139 GWh. A 10 kilómetros río abajo se encontrará el aprovechamiento de Daivões, compuesto por una presa de 78 metros de altura (similar a la de la Torre de los Clérigos de Oporto) y una central con una capacidad instalada de 118 MW y una producción prevista de 142 GWh.

Finalmente, la central de bombeo de Gouvães tendrá una potencia instalada de 880 MW, gracias a sus cuatro turbinas reversibles (pueden turbinar o bombear en función de las necesidades) de 220 MW, y será la mayor de las centrales del complejo del Támega.