En el modelo económico propugnado por UGT Extremadura, la industria ha de jugar un papel preponderante para el desarrollo y crecimiento de nuestra región.

Este sector, el industrial, es uno de los más importantes en la desarrollo de los territorios, no solo por su incidencia económica, sino también por su gran repercusión en el empleo. Por tanto la industria ha de aumentar su peso en la composición del PIB de nuestra región. Nos encontramos a una distancia considerable para converger con los niveles industriales del resto del país y no digamos ya del entorno Europeo.

El objetivo marcado por la estrategia europea para el cambio de modelo productivo, es que la industria pese en el PIB territorial al menos un 20% del total. En Extremadura está en el 13.1%, o sea bastante lejos de estas cifras.

Mantener una base industrial sólida es una condición imprescindible para aumentar el crecimiento económico, crear puestos de trabajo de calidad y conseguir la sostenibilidad medioambiental. Además debe contribuir a obtener soluciones para afrontar los grandes retos sociales y económicos de Extremadura y de esta manera fijar la población en nuestra Región. Si no logramos esto la gran mayoría de nuestro pueblos quedaran vacíos y Extremadura engrosará las lista de los territorios mas despoblados

Hay que apostar por una política industrial a largo plazo. Con planes y objetivos adecuados a cada momento. Y con la continuidad que permita la consecución de estos objetivos.

La calidad, el diseño, la innovación, la tecnología y el uso eficiente de los recursos, deben configurarse como base de la competitividad de nuestra industria.

La crisis actual ha puesto de manifiesto las debilidades que tiene el sistema productivo de nuestra Región y su incapacidad para el mantenimiento de la actividad y del empleo. Haciéndose imprescindible el cambio de modelo productivo para la salida de la crisis.

Este cambio es necesario para dar respuesta a la incertidumbre social, económica y laboral por la que atraviesan los trabajadores de nuestra Región.

Hablamos de la industria del siglo XXI, moderna, preparada, innovadora y respetuosa con el medio ambiente. Esta tiene que estar comprometida con la eficiencia, la excelencia, y la calidad del trabajo. Pero también con la sociedad en todos sus ámbitos. Además tiene que ser sostenible desde las tres vertientes económica, medioambiental y social.

Hay que apostar por la economía verde y circular, que supone oportunidades de reducción de costes, optimizar los procesos productivos y crear empleo.

Extremadura tiene un alto potencial de crecimiento industrial en sectores como el agroalimentario, las energías limpias y el turismo.

Pero para que todo esto tenga sentido debe venir acompañado de una fuerte inversión, por parte del estado, en infraestructuras tanto ferroviarias y viarias, como aéreas. Porque sin ellas cualquier esfuerzo industrial será en vano. Es de justicia tener las mismas oportunidades que el resto de los territorios, para que como mínimo podamos estar en la media del PIB nacional y acercarnos un poco más a la media europea.

Estas inversiones facilitarían que estas industrias tuviesen unas perspectivas más halagüeñas.

En definitiva, todos/as compartimos un objetivo común, construir una región mejor, y por ello, y para conseguirlo, debemos diseñar la Extremadura del futuro, en nuestras manos está, ser promotores del cambio que necesita nuestra región para que pueda seguir en convergencia con otras CC.AA de nuestro país, y en este mundo globalizado.

Generaciones atrás de mujeres y hombres, fuertes y valientes, han hecho que en la actualidad nuestra querida región disponga del capital humano más preparado de la Historia, que junto con los recursos naturales con los que contamos pueden y deben comenzar la transformación social, económica, y ambiental que necesitamos.

Con esta transformación podríamos conseguir que nuestros/as jóvenes vuelvan a nuestra región. Porque no hay que olvidar que la emigración actual puede convertirse en exilio definitivo, por tanto trabajemos sin descanso y para que esto no sea así.