El logopeda es el profesional que se encarga de la prevención de las alteraciones de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz, la audición y la deglución. La regulación de esta profesión surge con la implantación de estudios universitarios junto al Real Decreto 1419/ 1991, del 30 de agosto, por el que se establece el título universitario oficial de Diplomado en Logopedia.

Más tarde, se regula como profesión sanitaria con la publicación de la ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias. Al ser una profesión joven, grado universitario, y por su alta demanda, surgen cursos y másters, creándose un abanico de titulaciones paralelas a los estudios universitarios por ello.

Todo esto crea la necesidad de que se regule la profesión mediante Colegios Profesionales que ordenen el ejercicio de la misma y eviten el intrusismo. La tasa de intrusismo es muy alta. Debemos reflexionar, pues en algún momento todas las personas podemos ser pacientes, pero no todos los profesionales que encontremos van a estar cualificados.

No todos los profesionales son sanitarios. Ni todos los sanitarios están cualificados para intervenir en nuestro ámbito.

En una profesión tan joven como la logopedia sólo la colegiación dará esa garantía.