Extremadura está de fiesta, de fiesta flamenca. La región hizo historia tras la declaración el pasado día 16 de noviembre del flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Extremadura fue una de las impulsoras de esta candidatura junto con la Comunidades Autónomas de Andalucía y Murcia. Nuestra región tiene en el flamenco una de sus sellos más personales, con palos propios como los jaleos y los tangos extremeños. Siempre ha sido una defensora de esta manifestación cultural universal, rica e integradora.

La cultura regional fue premiada por la Unesco en la Quinta reunión del Comité Intergubernamental de esta organización para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Universal, que se celebró en Nayrobi (Kenya). El flamenco, los castells y el canto de la Sibila fueron presentados por España como candidaturas nacionales, aunque con la complicidad e implicación de las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura y Murcia en el flamenco; de Cataluña para los Castells y de Mallorca para la el canto de la Sibila. Todos fueron aceptados junto con la dieta mediterránea y la cetrería. Tras un intento fallido en 2005, el flamenco inició su andadura en 2009 cuando la candidatura fue registrada en París en agosto de ese año y desde comienzos de 2010 se puso en marcha la campaña ´Flamenco Soy´ con el objetivo de "promocionar nacional e internacionalmente el proyecto".

La propuesta del flamenco estaba bien fundamentada. Por una parte, Andalucía, cuna de este arte, es el lugar donde han nacido una mayoría de cantaores y cantes, guitarristas, bailaores y bailaoras. Murcia aporta sus cartageneras y conocidos cantes mineros, ampliando así las fronteras del flamenco. A esto se une que a causa de la migración las principales capitales españolas son un hervidero de manifestación flamenca, especialmente Madrid y Barcelona. Finalmente, Extremadura ha sido exportadora y generadora de cantes propios y singulares, con una auténtica efervescencia de artistas. Lo cierto es que el flamenco vive actualmente un momento de franca expansión en nuestra comunidad autónoma con figuras reconocidas y reconocibles para el gran público.

El flamenco es una de las señas de identidad extremeñas, de una región que siente como una pasión, la única forma, de otro lado, de entender el flamenco. La región cuenta con un gran número de artistas de renombre, conserva como un tesoro los jaleos y tangos que grandes figuras del cante y del toque han interpretado.

En la última Bienal de Flamenco de Sevilla, probablemente el festival más importante de todo el país y del mundo, su espectáculo ´Noche de Extremadura´, basado exclusivamente en el flamenco regional recogió la ovación unánime del exigente público de la cuna del flamenco.

Manuela Holgado, consejera de Cultura y Turismo publicó recientemente en un artículo de opinión: "Nuestra participación con voz propia en la candidatura nos la hemos ganado por derecho, ya que somos una región flamenca por condición y convicción, avalada, además de por sus artistas, por una afición agrupada en asociaciones y peñas que constituyen el ámbito idóneo capaz de garantizar la conservación del flamenco, su puraza su desarrollo y su difusión".

Ese es precisamente otro de los rasgos distintivos del flamenco en Extremadura: el interés de los ciudadanos por conservarlo, por mimarlo, por transmitirlo en pureza como si se tratara de conservar la carga genética de un animal precioso. En este entramado de medio centenar de peñas tiene especial protagonismo la Peña Amigos del Flamenco de Extremadura, que preside Federico Vázquez. Con sede en el Extremadura Hotel conserva uno de los mayores patrimonios del flamenco del país y probablemente del mundo. Su biblioteca de 2.000 volúmenes (con piezas únicas), su colección de guitarras centenarias de todo el mundo, su archivo sonoro y su labor editorial son únicas en todo el territorio nacional.

AFAN INVESTIGADOR Extremadura, además, se caracteriza por el afán investigador de sus aficionados, que no se quedan en la mera audición o asistencia a espectáculos. Importantes estudiosos como el propio Vázquez o Francisco Zambrano, trabajan para consolidar todos los conocimientos sobre esta manifestación de vida y arte. Incluso los propios intérpretes como Perico de la Paula han escrito libros que se han convertido en documentos de cabecera para los seguidores del flamenco.

También la Junta de Extremadura ha querido participar en este movimiento conservador. Por ello puso en marcha recientemente el Centro Extremeno de Flamenco.

Fue diseñado desde un principio en dos espacios: investigación y promoción, y fomento de este bien cultural. Aunque acaba de dar sus primeros pasos, lo cierto es que aspira a convertirse en un referente nacional de estudio para que nunca caiga en el olvido.

De otro lado se encuentra Badasom, un festival que todos los años se celebra en el López de Ayala y que prima la reunión del fado portugués con el cante jondo. El resultado es una manifestación artística de primer orden. De hecho, los orígenes del flamenco hablan de su capacidad de fusión, de un nacimiento ligado a la mezcla de culturas.

El documento que se presentó a la Unesco recoge todos los elementos que convierten al flamenco en algo importante para el mundo. Entre esas razones se encuentran las múltiples manifestaciones de este cante, diversas y complejas. Por otro lado el cancionero reúne 30.000 coplas, de las que no se han compilado apenas 2.000.

Además, muchas son las corrientes que han buceado en el flamenco y bebido de sus fuentes para enriquecer su creación, desde la llamada ´música culta´ hasta el que se considera ´flamenco de gasolinera´.

Toda Extremadura recibió la noticia con gran alegría. La Agrupación Flamenca de Extremadura (Agruflaex) afirmó que el reconocimiento revitalizaría un fenómeno cultural que "es universal y no se ciñe a una región concreta", indicaba el vicepresidente de la entidad, Juan Morcillo. Afirmaba que la declaración es "extraordinaria" porque reconoce una labor que se desarrolla desde hace mucho tiempo para conseguirla y, especialmente, "la importancia del flamenco, que es una cultura universal que no se ajusta a una región concreta, tal como decimos en Extremadura".

Ha añadido que es cierto que Andalucía es la región que "más ha aportado" al flamenco, pero que también son importantes en su desarrollo Extremadura, que ha formado artistas como el cantaor Miguel de Tena, premio Lámpara Minera del Festival de La Unión (Murcia) en 2006.

Morcillo señaló a la agencia Efe que la declaración "revitalizará" esta cultura, aunque ha puntualizado que en regiones como Extremadura "atraviesa un momento dulce y bueno". "Hay --explica Morcillo-- un ramillete de cantaores y cantaoras jóvenes que hacen las cosas muy bien y hacen patria de nuestra cultura a nivel nacional e internacional".

SATISFACCION La Diputación de Badajoz, por su parte, mostró su "satisfacción inmensa" por la declaración del flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial la Humanidad.

La vicepresidenta tercera y diputada provincial del área cultural de la Diputación de Badajoz, Inmaculada Bonilla, manifiestó que "la geografía del flamenco no es exclusiva de Andalucía", sino que "Extremadura ha liderado y lidera este género musical y cultural".

Y es que, según ha señalado Bonilla, en Extremadura, concretamente en Badajoz, "existen palos y movimientos específicos que abanderan el flamenco como guía", entre los que ha destacó los tangos y jaleos de la Plaza Alta, el fandango de Pérez de Guzmán, el fandango de Manolo de Fregenal y la taranta de Pepe el Molinero.

Destaca que la Diputación de Badajoz, "con la bandera del genial" José Salazar Molina Porrina de Badajoz, "ha impulsado y seguirá haciéndolo un amplio abanico de actividades en torno al flamenco".