Cada año los diseñadores sacan sus propuestas. Las de 2017 tienen cuatro grandes líneas. La primera da protagonismo al encaje de chantilly o el guipur en vestidos muy clásico. Otra gran idea es mostrar la espalda desnuda, un toque sexy a través de escotes enormes con hilo de plata y ornamentados con cristales o cubiertos de gasa. El vestido-princesa tampoco se olvida gracias a tejidos como el tul, la gasa o la organza con muchas capas para dar volumen a los vestidos de novia más románticos. No obstante, lo que se está imponiendo son los dos piezas, especialmente en los enlaces civiles gracias a faldas largas y cuerpos cortos con caída. Ha habido muchos años en los que el corte sirena y los volantes de aire aflamencado se imponían, ahora son vestidos simples y rectos, manda la simplicidad, con el crepe como tejido estrella. Para los ramos de novia los campestres, vintages, flower power, románticos, clásicos, minimalistas, o boho-chic son el último grito. En cuanto a ropa interior, tan importante ese día hay que saber que corpiños y bustiers esculpen la silueta y reducen tripita. Otro apartado es el pelo. Últimamente se imponen tocados, coronas, casquetes y joyas que ofrecen todo lo necesario para un peinado muy chic. Los expertos recomiendan incluido recuperar alguna pieza de la familia como broches o camafeos para adornar el pelo. Lo importante es probárselo y que el peluquero dé su aprobación a ese estilo.

En cuanto a los hombres hay que explicar que aunque el negro ha sido durante años el rey, poco a poco se imponen el azul oscuro, un toque de color en chaqueta o el fajín, que sin duda sorprenderá a todos. Fracs y chaques para novios clásicos, siempre con un tono pastel en los complementos. ¿Pajarita? Si te animas la puedes llevar. Una tendencia que se está introduciendo son los novios boho, espontáneos, originales y campestres, con detalles retro y zapatos sport. Incluso pueden llevar un sombrero.