Hacía siete años que el Mundial de motociclismo no sentía un golpe así. Es más, el último puñetazo que sufrió el circo de las dos ruedas había sido tan, tan, contundente, tan trágico que muchos de sus habitantes lo han arrastrado año a año, gran premio a gran premio. La muerte del ídolo japonés, el joven Daijiro Kato, en Suzuka, en el 2003, fue tremenda. Ayer, en Misano, el mismo escenario en el que otro mito, el norteamericano Wayne Rainey, se quedó paralítico tras una caída, también un 5 de septiembre, precisamente de otro trágico 1993 ("deberíamos de pensar en cambiar la fecha de nuestro gran premio", dijo Valentino Rossi), otro joven japonés, Shoya Tomizawa, de 19 años y el primer vencedor del año al ganar en Qatar en Moto2, perdió la vida al caer y ser arrollador, atropellado y golpeado por los dos pilotos que iban pegaditos a él, a centímetros, cuando los tres peleaban por la cuarta plaza del gran premio.

CAIDA Y ATROPELLO No hay carrera de Moto2, en la que ayer tomaron la salida 38 pilotos, en la que no se produzcan accidentes, alguno de ellos multitudinarios. El de Tomizawa ocurrió en la vuelta 12. Toni Elías, Julito Simon y Thomas Luthi ya se habían escapado para copar el podio. Tomi , el británico Scott Redding, otro joven de 17 años muy prometedor, y el veterano sanmariense Alex de Angelis, de 26 años, habían formado un pequeño trenecito que, al pasar por el curvone, la cuarta curva de Misano, que se traza a 240 kms/h. descarriló tragicamente.

Iban tan juntos que, vistos de frente, parecían una sola moto. La Suter de Tomizawa, cuya rueda trasera patinó sobre el piano o sobre la hierba artificial, ¡que más da!, y escupió a su piloto. Redding golpeó el torax del japonés, provocándole "un hematoma en el corazón, que aplastó tanto al órgano que, pese a la reanimación, fue imposible que reaccionase", explicó el doctor Claudio Macchiagodena. Milésimas de segundo después de recibir ese golpe, De Angelis estrelló su rueda delantera en el cuello y cabeza de Tomizawa, provocándole un traumatismo craneal, que dejó helados a los 50.918 espectadores que había en las gradas y a muchísimos pilotos de MotoGP, entre ellos Jorge Lorenzo, que, de inmediato, dijo a sus compañeros: "Está muerto, ¡muerto!". Todo fue realmente inevitable.

VICTORIA EN QATAR Tomizawa, que corría su GP número 28 (2 en 125cc; 15 en 250cc y 10 en Moto2) y figuraba en octava posición del Mundial, dio la sorpresa en el debut de la temporada al ganar el GP de Qatar. "Me dio una de las mayores alegrías de mi vida y no pienso olvidarlo jamás, jamás", explicaba ayer, entre lágrimas, desesperado, hundido, su técnico, el francés Gilles Bigot.

Los impactos sufridos por Tomizawa hicieron temer lo peor. El drama acababa de empezar y su visualización fue aún más patética cuando a los camilleros se les calló de la camilla. Hubo, sí, reanimación inmediata en una ambulancia que había en esa curva. Hubo también traslado urgente al hospital de Riccione. Pero nada ni nadie pudo salvar la vida de Tomizawa, que generó un mar de lágrimas junto al Adriático.

"Solo puedo decir una cosa: ha muerto siendo feliz, practicando el deporte que amaba, que había elegido", dijo Dani Pedrosa, el gran triunfador del día al completar, con una soberbia carrera, el sexto triple español junto a Marc Marquez y Toni Elías.