Valentino Rossi, nueve veces campeón del mundo de motociclismo, acaba de reconocer, en el programa de radio italiano Deejay Chiama Italia, que “los pilotos siempre tenemos miedo y, si no lo reconoces, no eres sincero”. Para el Doctor, el cosquilleo, “el temor a fallar, a cometer un error, aparece ya a media mañana de cada gran premio, más o menos cuando arranca la carrera de Moto2”. En realidad, Vale confiesa que el cosquilleo, aunque él no emplea, lógicamente, esa palabra, empieza cuando se despierta en su motorhome, en el parking del circuito donde se encuentren. “Si no confiesas que tiene cierto miedo, eres poco sincero, la verdad”.

En la charla que mantiene con los populares periodistas Linus y Nicola Savino, Rossi cuenta que “el primer peligro” se presenta cuando aparece el francés Johann Zarco, piloto de Yamaha satélite, el auténtico rookie de la temporada de MotoGP, muy agresivo, tanto que este año ha derrotado en innumerables ocasiones a los dos pilotos oficiales de la marca de los diapasones, el propio Rossi y el catalán Maverick Viñales. “Zarco es como el joven holandés de F-1, Max Verstappen, que no frena nunca. Con Zarco hay que ir con cuidado y, a menudo, apartarse pues, de lo contrario, corres peligro de acabar los dos fuera de la pista, sufriendo ambos un accidente innecesario”.

TODA UNA VIDA POR DELANTE

Rossi volvió a bromear sobre su retirada a finales de la próxima temporada, cuando concluye (al igual que sucede con el resto de magníficos: Marc Márquez, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Maverick Viñales y Andrea Dovizioso) su contrato. Su padre, Grazziano, dijo que correría “diez años más”. “Papá no habla, pienso, solo de MotoGP, pues, en efecto, cuando deje las motos creo que me quedarán diez años para disfrutar de la velocidad, sin duda de los coches, no sé los rallys o, incluso, la resistencia. Tal vez corra las 24 Horas de Le Mans con Fernando Alonso. Estaría bien correr formando pareja con él y, luego, irnos a cenar todos juntos”. Lo cierto es que la exnovia del Doctor, la italiana Linda Morselli, es la actual pareja del bicampeón asturiano de F-1.

Cómo no, durante la charla, Rossi lamentó no haber ganado aún el décimo título mundial, pues su último cetro data de 2009 (Yamaha, MotoGP). “Lo pude haber ganado el pasado año, 2016, y este año, la verdad, es que era muy, muy, difícil. Todo depende de mí y de Yamaha. Maverick (Viñales) y yo hemos hecho un duro trabajo antes de irnos de vacaciones y la pelota está, ahora, en el tejado de Yamaha, que ha de dar un gran paso, tanto en el chasis como en el motor, para que contemos con una moto competitiva el año que viene”.

A Rossi no le duelen prendas a la hora de reconocer que Marc Márquez, ganador de cuatro títulos de la categoría reina en los últimos cinco años, “esta muy fuerte, como lo estuvo Casi Stoner y Jorge Lorenzo. Yo creo que son los tres grandes adversarios a los que me he enfrentado. ¿Lorenzo?, bueno, cambiar de Yamaha a Ducati no es fácil. Cuando has pilotado una Yamaha, pilotar, de pronto, una Ducati es muy complicado, mucho. Pero el poderío de Ducati lo acaba de demostrar Andrea (Dovizioso) con una fabulosa temporada e, incluso, Jack Miller fue muy rápido en los dos días de test de Cheste (Valencia) cuando, nada más acabar el Mundial, se subió a la Ducati y fue veloz. Yo creo que Lorenzo será un candidato al título el año que viene, pues será muy rápido, ya verán”.