Japón ha realizado uno de sus mejores Mundiales, dentro y fuera del terreno de juego. En términos futbolísticos, fue apeado de los octavos de final en el minuto 94. Tuvieron la oportunidad de pasar a cuartos por primera vez en su historia, pero la determinación belga pudo con el sueño nipón. Sin embargo, el civismo no entiende de derrotas. Y Japón lo volvió a demostrar.

Sus hinchas se encargaron, como es habitual, de limpiar las gradas y recoger la basura generada durante el encuentro. Y en vestuario los jugadores hicieron lo propio. Lo dejaron totalmente impoluto, como se lo encontraron, y tuvieron tiempo de de escribir una nota en ruso donde se podía leer 'gracias'.

Los japoneses no seguirán en el Mundial, verán el porvenir del torneo desde casa, pero su educación y civismo ya ha dejado huella.