Todo son esfuerzos por minimizar la trascendencia de la decepcionante derrota de la selección española contra Suiza en el debut mundialista. Empezando por el seleccionador, Vicente del Bosque, y acabando por el último jugador. Una actitud inexcusable porque no hay nada perdido, pese a la perspectiva de encontrarse con Brasil en octavos de final, que será lo más probable si España alcanza el segundo puesto del grupo H.

Al día siguiente del patinazo que ha complicado gravemente la validación de las esperanzas depositadas en la campeona de Europa, los internacionales españoles intentaron vivir con normalidad la jornada libre programada de antemano hasta las seis de la tarde, una hora antes del entrenamiento con que había que reanudar la actividad.

Una docena se marchó de safari fotográfico, otros desaparecieron sin más y alguno como Cesc prefirió quedarse e ir al gimnasio. Fue el primero a quien encontraron los periodistas que iban a visitar el complejo donde reside la selección y aún se podía ver en su rostro la contrariedad por lo de la noche anterior, sobre todo por no haber podido ayudar a poner remedio. Siguió su camino sin atender las solicitudes de los informadores. Hoy se da por hecho que será titular el lunes contra Honduras.

EXPLICACIONES Para el seleccionador no hubo horas de asueto. Casualidad o no, en la segunda dependencia visitada se encontraba Del Bosque viendo el partido Honduras-Chile junto con sus equipo de trabajo: Toni Grande, Paco Jiménez y Javier Miñano. También estaba Luis Uranga, uno de los delegados federativos. Otro, Pedro Cortés, se prestaba a atender a quien quisiera recabar su opinión. "He visto caras tristes, de responsabilidad. El partido no se debía haber perdido. Si no somos capaces de ganar los otros dos es que no merecíamos estar aquí. Hay que estar con los jugadores y el entrenador. Yo estoy a muerte con Vicente del Bosque", afirmó el expresidente del Valencia.

Unos metros más allá, en uno de los patios del recinto, apareció Fernando Hierro, mucho más relajado en apariencia que tras el partido. "Los jugadores están bien, preocupados pero bien. Hay que estar tranquilos, ser optimistas e ir a ganar, como siempre, desde el principio", comentó el director deportivo de la Federación Española, que la noche anterior no acababa de explicarse lo ocurrido: "Haber ganado tampoco nos hubiese dado la clasificación. Era muy importante hacerlo, pero también había que ganar los otros dos".

Por fin salió Del Bosque para analizar las nuevas circunstancias. "Es un día malo. Estamos fastidiados. El deportista que cae, que pierde, tiene la obligación de buscar la revancha. Y la tenemos cerca. No digo que eso nos vaya a rehabilitar cara a la opinión pública, pero sí en cuanto a nuestros intereses", afirmó el seleccionador, más preocupado por que los jugadores se recuperen del "cansancio mental" que de las secuelas en gente como Ramos e Iniesta.

Al primero se le hicieron ayer unas pruebas que descartaron alguna lesión ósea tras la costalada que se pegó y lo del barcelonista no fue más que un golpe en el muslo que le produjo un calambre momentáneo. Con ellos cuenta Del Bosque contra Honduras, encuentro para el que, según dijo, no piensa variar demasiado sus planteamientos: "Aceptamos las críticas de buen talante, pero vamos a ver si somos capaces de seguir en la misma línea. Hemos venido jugando de la misma forma que ayer y nos ha dado resultado. Es un estilo reconocible desde hace tiempo y no debemos andar pegando bandazos. No hemos encontrado motivos para cambiar".