Nada más entrar el balón en la portería levantó la mano derecha, la misma que se le encogió de forma infantil en el disparo de Dempsey, para pedir perdón. Sí. Una vez más, un portero de Inglaterra había cometido un fallo ridículo, espantoso. Robert Green, el meta del West Ham, emuló a su compañero David Calamity James, y saldó su estreno en el Mundial con un error calamitoso que deja abierto el debate de la crisis de porteros ingleses.

Hasta una hora y media antes del duelo ante EEUU, Fabio Capello no desveló el secreto mejor guardado del reino inglés. El seleccionador se decantó por Robert Green y prescindió de James, a punto de cumplir los 40, y del joven Joe Hart (23 años), del Birmingham. No importaba mucho quién fuera el elegido. No se fía de ninguno.

Cech, Reina, Van der Sar...

Si se examina la portería de los cuatro grandes clubs de la Premier , se empieza a entender el problema. El Chelsea apuesta por el checo Petr Cech; el United se refugia en el holandés Van der Sar; el Arsenal recurre a Almunia; y el Liverpool confía en otro español, Pepe Reina.

Hace un año, incluso, se llegó a barajar la posibilidad de que Almunia, que llegó a Londres en el 2004 procedente del Albacete, fuera la solución de Capello. El pacto de caballeros entre las federaciones de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que impide convocar a un jugador que no sea hijo o nieto de un ciudadano nacido el Reino Unido, paró el tema. Almunia podría obtener el pasaporte inglés por sus cinco años de residencia, pero su concurso se vería como una ofensa. El orgullo inglés no lo permite. "Prefiero perder un Mundial que ver a un extranjero en el arco", dijo Harry Redknapp, técnico del Tottenham.

Desde su llegada en enero del 2008, Capello no ha sabido encontrar una solución clara para un problema que ya sufrieron Steve McClaren (2006-07) y Sven Goran Eriksson (2001-2006). "Los metas ingleses no tienen experiencia al más alto nivel", llegó a decir Casillas, algo que enfureció a Gordon Banks, el genial meta inglés de los años 60. Peter Shilton y Ray Clamence fueron otros grandes guardianes. Incluso Seaman, que llegó a disculparse públicamente por tragarse un gol de falta de Ronaldinho en el Mundial de Corea y Japón, superaba el nivel actual.

En los últimos años, no ha habido remedio para la portería inglesa. Paul Robinson acabó desquiciando a todos con sus errores infantiles, mientras que James no mejoró nada. Capello probó de todo en los ensayos y no quiso desvelar su elección hasta poco antes del debut. No quería presionar al elegido. Pero no le sirvió de nada.

Los tres goles que encajó James ante Dinamarca en ocho minutos en el 2005 permanecen en la memoria de muchos ingleses, que nunca han confiado en él. El pulso con Green se mantuvo hasta el último momento, ya que Capello aún duda del talentoso Hart, el más joven de los metas convocados. James, uno de los líderes del vestuario, esperaba mantenerse bajo palos, pero su irregularidad y los problemas físicos le han perjudicado.