España entera se echó ayer a la calle para celebrar la conquista de la Copa del Mundo por la selección de fútbol, en una jornada en la que el color rojo de la camiseta del combinado nacional se esparció por todos los rincones del país.

Caravanas de automóviles recorren las calles de las ciudades, con sus conductores sin dejar de tocar el claxon, mientras ondean las banderas por las ventanillas, en un estado de euforia y alegría que acompaña también el ruido de los cohetes pirotécnicos.

Las fuerzas policiales cortaron el tráfico en varias ciudades para permitir la concentración de los hinchas en plazas y calles. Pese al aislamientos de las fuentes, grupos de aficionados se bañaron en algunas de las más simbólicas.

En Madrid, más de 250.000 personas llenaron la principal avenida de la capital, el Paseo de la Castellana, entre las plazas de Colón y Cibeles, para no perderse detalles de la final en varias pantallas gigantes.

Alrededor de 2.000 policías se ocuparon de la seguridad. Las compañías de Metro autobuses reforzaron sus líneas de acceso al mencionado paseo. La marea de seguidores convirtió las arterias de la capital en un inmenso campo rojo.

El pueblo del héroe

El pueblo albaceteño de Fuentealbilla ha sido la localidad castellanomanchega que ha vivido con mayor intensidad el triunfo de La Roja, al ser Andrés Iniesta, natural de este municipio albaceteño, el que ha marcado el gol que ha llevado a España a ganar su primer mundial de fútbol. El bar que regenta en esta localidad el ya conocidísimo abuelo del jugador, Andrés Luján, también se ha convertido en un hervidero de aficionados, que se han felicitado "doblemente" por el resultado frente a Holanda: por la victoria del combinado español y por tener ésta el nombre de su paisano.

En Barcelona, alrededor de 75.000 personas presenciaron la final en la avenida María Cristina y expresaron luego su alegría con aplausos y vítores tras proclamarse España campeona. El hecho de que el autor del único gol del encuentro haya sido el jugador del Barcelona Andrés Iniesta ha aumentado todavía más la celebración en la capital catalana, donde esta noche se pueden ver aficionados con la camiseta roja y banderas españolas, pero también seguidores con los colores del club azulgrana. Tras el triunfo del equipo español, muchos aficionados se han remojado en la Fuente Mágica de Montjuïc.

En Zaragoza, el escenario de la concentración de seguidores fue la emblemática Plaza del Pilar bajo una fuerte tormenta que descargó una copiosa lluvia y granizo que ni siquiera impidió disfrutar, posteriormente, de los fuegos artificiales. Fiesta total.

En Sevilla, miles de hinchas se congregaron en las principales calles del centro de la ciudad después de presenciar el partido en diversos puntos como en La Cartuja y el pabellón de deportes de San Pablo para acabar en las plazas.