La final del Mundial quedó muy lejos para la selección española el lunes pasado con la derrota ante Suiza. Nadie quiere hablar ya del partido del 11 de julio ni, por supuesto, de candidatura o favoritismo alguno para alcanzar el título. Lo que toca ahora, mañana mismo, es Honduras, otro rival inferior en la teoría contra el que habrá que librar una verdadera batalla para que broten de nuevo las esperanzas españolas.

En la operación rearme, sobre todo psicológico, en que anda metida España, hay en primerísimo plano un factor negativo a evitar por todos los medios. Más allá de los mínimos retoques anunciados por Vicente del Bosque, se trata de neutralizar los efectos que pueda causar en el juego de la selección la necesidad angustiosa de alcanzar el triunfo para poder seguir respirando.

No hay dudas, dicen todos, sobre la forma de hacer las cosas sobre el terreno de juego. Lo más conveniente sería que tampoco las hubiera en torno a la capacidad de los jugadores para sobrellevar una presión con la que en principio no se contaba a estas alturas. Para aportar un poco más de calma, el presidente de la Federación Española de Fútbol ha considerado apropiado recordar que Vicente del Bosque fue renovado hace apenas seis meses y bajo ningún concepto se planteará su relevo. "Hay confianza absoluta en él. Pase lo que pase en el Mundial seguirá como seleccionador. Lo tengo clarísimo", repitió ayer Angel María Villar.

"NO SERA UN FRACASO" Una precisión inoportuna porque, que se sepa, nadie ha cuestionado la labor del seleccionador, ni dentro ni fuera del entorno de la selección. "Vicente está muy tranquilo, animado y esperanzado", añadió el presidente, que no deja de curarse en salud: "España ha logrado que estar en las fases finales de los campeonatos del mundo sea algo normal, lo que en realidad ya es un éxito". Para él no será un fracaso, por tanto, volver a casa a las primeras de cambio, peligro que corren también selecciones como Alemania o Inglaterra, además de Francia, que ya está con las maletas hechas.

Los jugadores, afortunadamente, no se han planteado esa posibilidad. Ayer, Fernando Torres, el autor del gol que dio a España la Eurocopa, fue el encargado de transmitir que no hay fisuras ni dudas en el grupo de internacionales. "Esperemos que nuestro mal día ya haya pasado y a partir de ahora todo sea lo que estábamos esperando", afirmó en rueda de prensa el delantero del Liverpool, para quien bajo ningún concepto se puede plantear ahora dar bandazos, como dice Del Bosque.

"Lo esencial es mantenernos fieles a nuestro estilo. Si morimos, que sea con nuestras ideas y no por hacer cosas extrañas... Hay que aprovechar las virtudes de los futbolistas que tenemos, más allá de los sistemas. Nuestro estilo lo marcan los jugadores del medio campo, que son nuestra alma", añadió Torres.