Luiqui ha vivido los diecinueve campeonatos del mundo de fútbol, desde Uruguay 1930 a Sudáfrica 2010, de muy distinta manera. Desde los comentarios que le llegaban por las calles de Sevilla mientras le daba patadas a su primer balón, a las crónicas que pudo leer en la prensa de la época, o escuchar en aquellas mágicas radios de lámparas o más recientemente, ver por la tele en blanco y negro, color o digital.

A sus 88 años, Luis García Panadero (Sevilla, 25 de diciembre de 1921), disfruta de un mundial especial desde la residencia de mayores La Granadilla, en Badajoz, que él estrenó como conserje. Aunque tiene muchísimos amigos y el cariño de todos, prefiere encerrarse en su habitación para animar, gritar, cantar los goles y en definitiva, expresar sus sentimientos en cada jugada de la selección española.

El ex futbolista del Sevilla y el Badajoz nunca se imaginó que llegaría a presenciar una final mundialista de la selección española ni que un jugador le trajera tantos recuerdos. "Villa me recuerda a mí cuando jugaba", confiesa, para argumentar que "busca el gol como yo lo buscaba, es pequeño como yo, y sus movimientos se asemejan a los que yo hacía".

A Luiqui le gustaba jugar de delantero centro pero triunfó en los años 40 y 50 como extremo. "Yo quería ser un nueve, pero en cada equipo me topaba con alguien que ocupaba ese puesto como Abilio, Morales-Por eso acababa de interior, un medio chutador que marcaba goles casi siempre y remataba de cabeza como pocos".

El carismático ex jugador, símbolo de la historia del CD Badajoz, fue un adelantado de su época, "porque entonces no había delanteros centros pequeños que fueran hábiles y se abrieran a la banda. Eran grandes de 90 kilos como Campanal o Araújo, todo hueso, que chocaba con un tipo y lo dejaba hecho mixtos...". Dicen que el exbarcelonista César fue el primer nueve pequeño, "pero yo ya jugaba así en el filial del Sevilla, el Coria del Río".

Chutar a portería

Al histórico y querido ex futbolista le gustan las selecciones con un fútbol directo, "que entren de cara y chuten como hacían los alemanes", y le agrada el fútbol de España, "que está respondiendo muy bien y me hace mucha ilusión verla en la final ante Holanda, pero le falta tirar más a puerta. Hace un fútbol de calidad y los "chiquininos" son muy buenos".

Luiqui cree que esta noche serán campeones del mundo. "Tienen muchas posibilidades pero los holandeses también son buenos. Sneijder y Robben son dos pájaros muy peligrosos, dos extremos que entran como balas a la portería. Me encantaría que ganáramos el mundial porque nunca hicimos nada importante en estas citas, aunque creo que la gente exige demasiado a España", declara.

Su futbolista referencia de la historia ha sido Alfredo Di Stéfano, y Luiqui resalta que "ha habido selecciones que han hecho un gran fútbol, con juego colectivo como España. Ahora se juega con muchos medios, para mí, con tres sería suficiente".

La historia de un símbolo

Luis García Panadero, "Luiqui" jugó al fútbol hasta los 75 años, en el equipo de veteranos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana de Badajoz. En sus inicios, militó en equipos sevillanos y el Jerez de Segunda hasta que fichó por el Sevilla CF y fue cedido al Coria. Allí hizo dos campañas muy buenas.

En los entrenamientos en el Sevilla, llegó a coincidir con la mítica delantera de los "Stuka", formada por López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal, pero no debutó en Primera y fue traspasado al CD Badajoz en la campaña 46-47 por 13.500 pesetas. También jugó en Granada y Jaén.

Volvió al Badajoz en la temporada 53-54 en Segunda y tras dos años pasó al fútbol portugués. En los años 60 regresó al club blanquinegro. Con la llegada de Carlos Uriarte es el "Di Stéfano" del Badajoz, un histórico ex futbolista que asiste a algún acto y que ofrece la mejor imagen del club, porque todo el mundo lo quiere.