El insulto al seleccionador Raymond Domenech le saldrá muy caro a Nicolas Anelka. En términos de popularidad y también económicos. La cadena de comida rápida Quick, el McDonalds francés, anunció ayer la retirada de la campaña publicitaria en la que el jugador promociona una nueva hamburguesa.

Después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, calificara con un severo "inaceptable" la actitud de Anelka, la sociedad optó por suspender los anuncios televisivos que asocian la marca a la imagen del futbolista .

La condena contra Anelka fue unánime. Un diputado del partido del Gobierno no dudó en juzgar "triste e indigno" el espectáculo ofrecido por el jugador. "No es la imagen que queremos ofrecer de Francia", se lamentaron diputados conservadores y de la izquierda. Se referían a los insultos que le valieron a Anelka la expulsión del equipo, pero también al "clima mortífero" que reina en la selección. Un ambiente que explica la escasa simpatía que despiertan los bleus entre los seguidores franceses. A la tensión interna --entre jugadores y de estos con el entrenador-- se añade la pésima relación con la secretaria de Estado para el deporte, Rama Yade.

En vísperas del primer partido del Mundial, Yade tuvo el desacierto de criticar el hotel de lujo elegido por la federación en Suráfrica, que cuesta 580 euros la noche por cada miembro de la selección.