Italia, la actual campeona del mundo, se ha hecho vieja. Diríase que hasta caduca. En cuatro años, el calcio no ha avanzado. Curiosa paradoja. Italia tiene al actual campeón de Europa, el Inter que era de Mourinho, pero ni un solo jugador transalpino salió de titular en la final del Bernabéu. Otro signo de la descomposición que sacude al país, que llega a Suráfrica sin que se le preste mucha atención. O, al menos, la atención que se le supone al todavía dueño de la Copa que hoy debuta ante Paraguay (20.30 horas, Cuatro).

En Berlín, hace ya cuatro años, y mientras la corrupción cangrenaba los corruptos bajos fondos del fútbol con el calciopoli , que terminó con la Juventus, la vecchia signora en la Serie B, un grupo de pretorianos futbolistas se arremolinaban en torno a la figura del venerable Marcello Lippi y cosían, tras un Mundial impecable (solo encajaron dos goles), la cuarta estrella en el pecho azurro . Italia era un desastre, pero los elegidos por Lippi alzaron la Copa además de que Materazzi provocara a Zidane de tal manera que el francés ensució con un indigno cabezazo su inmaculada imagen.

Entre el caos y la dispersión, todo muy italiano, Lippi construyó una selección campeona del mundo. Tal es su fe en ella que hasta el sur de Africa se ha traído a los mismos pretorianos. El tiempo ha pasado, el fútbol ha evolucionado, pero Italia solo tiene ojos para Cannavaro, Camoranesi, Zambrotta, Buffon, Gatusso y compañía. Los viejos guerreros están obligados a librar ya su última batalla.

"No tenemos una estrella como Messi, Cristiano o Rooney", dice el capitán Cannavaro. "Es verdad que no podemos jugar como los brasileños, españoles o portugueses", apuntó luego sin precisar que ni pueden, pero tampoco quieren. No está en su cultura futbolística. "Pero nadie defiende como nosotros", afirmó luego el exjugador del Madrid en algo que ni siquiera era necesario recordar. Con la defensa han ganado cuatro títulos, con la defensa amenazan a Brasil, con la defensa se ven capaces de ganar hoy y empezar a defender el título.