El concejal de Seguridad Ciudadana, Santos Alemán, se ha comprometido a dar una solución en "dos o tres días" al medio centener de vecinos que residen en la zona del recinto ferial y que ayer se reunieron con él para expresarle sus quejas por el botellón , que desde hace unos días ha vuelto a celebrarse cerca de sus viviendas.

Los representantes de los vecinos reunidos con el edil aceptaron esta respuesta y admitieron la buena disposición mostrada, en un principio, por Alemán, pero afirmaron estar expectantes ante la postura que tomará el alcalde Rafael Mateos Yuste sobre el mismo tema.

Según varios vecinos, la situación vivida el sábado llegó a tornarse insostenible en algunos momentos. Según afirman estas mismas fuentes, los que que más cerca viven de las casetas donde se ubican los servicios --a escasos diez metros de las mismas-- "tuvieron que presenciar un lamentable espectáculo cuando llegaron a casa acompañados de sus niños, pasadas las doce de la noche y vieron lo que allía había: Varios chavales estaban orinando contra la pared de su casa, mientras otros se encontraban vomitando junto a la caseta".

UN CENTENAR DE ASISTENTES

Y es que si el número de participantes en la polémica actividad apenas alcanzaba una treintena en la noche del viernes, ya el sábado esta cifra superó holgadamente el centenar, a lo que hay que sumar unos cincuenta turismos. El hecho de que algunos de estos vehículos hiciera sonar sus equipos de música a gran volumen --denuncia uno de los vecinos-- propició un aviso a la Guardia Civil, personándose una patrulla en el lugar, lo que obligó a los presentes a bajar el volumen de sus equipos.

"Es un cúmulo de despropósitos horrible", asegura otro vecino, quien subrayó con horror: "Pudo haber varios accidentes debido a la gran velocidad a la que circulan por estas calles. Además, el día que tiren una colilla al pasto cercano saldremos todos ardiendo", afirma.