Desafiar las leyes de la gravedad, conseguir que unas simples cerillas adquieran vida propia o hacer desaparecer unas monedas mientras uno está rodeado de gente, son algunos de los trucos de ilusionismo que los alumnos del segundo taller de aprendiz de mago, que se clausura hoy, son capaces de realizar.

Para Alfred Cobami, miembro de la asociación de ilusionistas de Extremadura y responsable de este taller, lo más novedoso de la iniciativa es que los niños han conocido trucos que se realizan "cercanos al público, donde estás controlado desde diversos ángulos" explica. El espectador "está tocando el material, lo examina todo y estás más cerca del pequeño milagro, consiguiendo ser más impactante".

Hay que señalar que los 25 aprendices cuentan ya con la experiencia de haber superado un taller de iniciación en el arte de crear ilusiones. Mientras que en el curso inicial los trucos de magia se hacían desde el escenario, en esta etapa de continuidad, los pequeños magos han conocido "la magia de cerca". Cobami señala que en esta modalidad "el engaño lleva un cien por cien de psicología" además apunta que se consigue que "el niño desarrolle su imaginación con cosas cotidianas y elabore sus números con estos elementos". Se utilizan vasos, palillos, migas de pan, cubiertos, monedas, objetos que uno encuentra a mano para sorprender en cualquier reunión...

La principal motivación que ofrece para los niños la magia es "conocer el por qué de las cosas", explica Cobami,"encontrar una explicación", además de "hacer algo que los demás no pueden hacer". Así, esta tarde a las 20.30 horas los pequeños aprendices clausurarán el taller con el que se han acercado un poco más al mundo de la magia.