La celebración del botellón en el ferial ha vuelto a generar las quejas y el descontento de los vecinos que habitan en las inmediaciones del recinto, quienes resignadamente reconocen que se trata de "algo que no se puede controlar teniendo viviendas tan cerca". Así, uno de los afectados afirmaba que el ruido y las molestias persisten, sobre todo junto a los urinarios, y que los jóvenes han circulado nuevamente a gran velocidad con sus coches por la Ronda Sur y avenida del Magisterio, siempre que se les prohíbe acceder al recinto ferial con sus propios vehículos.

No obstante, otro vecino manifestó que si bien no suben con los coches al ferial, algunos jóvenes optan por estacionar sus turismos junto a las vallas que les impiden el acceso (en las calles La Cantera y Piedra Caballera), y hacen allí mismo el botellón "con los maleteros abiertos y la música puesta".

HASTA EL AMANECER

La participación en el botellón durante este fin de semana ha sido similar a la de los anteriores (unos 50 el viernes y aproximadamente el doble el sábado), aunque los vecinos aseguraron que la estancia de algunos de estos grupos se prolongó hasta el amanecer, "por lo que uno de los vehículos estacionados junto a las vallas permaneció allí hasta las 8.30 horas del domingo", afirmaron.