Navalmoral posee una de las dos únicas tiendas de comercio justo existente en la región. Fresas es, junto a Casa del Sol (Badajoz), uno de los pocos establecimientos que ofrecen a sus clientes la posibilidad de adquirir productos manufacturados en el tercer mundo con total garantía de que para su elaboración no se ha explotado a los trabajadores ni se han beneficiado de su crítica situación. Así lo afirmaba la gerente del local moralo, Sara Gamayo, quién destacaba la gran calidad de estos productos: "Quién prueba uno de los cafés que aquí tenemos de Nicaragua, no cambia".

Del mismo modo Gamayo reconocía que los precios de venta -principalmente de los productos alimenticios- es mayor que el de sus similares en marcas más comerciales: "Precisamente esto pasa porque las multinacionales que más conocemos si se benefician de la pobreza de estos países, explotando a trabajadores. Con los productos de comercio justo todo se paga en su justo precio, ya que su trabajo se valora lo mismo que si se elaborara en el primer mundo".

Labor humanitaria

Gamayo recordaba de qué forma comenzó a vincularse con este tipo de ONG y la comercialización de estos productos: "Siempre he estado colaborando y trabajando en proyectos humanitarios y en grupos del 0´7 en mi pueblo, Losar de la Vera. Pasado un tiempo, al percibir que por la zona no había un establecimiento de este tipo, decidí crear uno en Navalmoral".

No obstante, esta joven gerente reconocía que con la única venta de estos productos no podría subsistir, por lo que en su local también dispensa frutos secos, golosinas y pan.

Entre los productos que mejor acogida tienen entre los clientes, según Gamayo, se encuentra el azúcar de caña (Ecuador), el café (Nicaragua) y el té (Sri Lanka y Sudáfrica).

También se pueden encontrar mascao de Bolivia, anacardos de Honduras, barritas de sésamo de Nicaragua, yuca de Costa Rica, ciki de la república Dominicana, palmitos de Perú o ron de tres y siete años de Cuba. Sin duda estos productos se configuran como un cóctel de ayuda humanitaria y exotismo con epicentro en Navalmoral.