La quema de la sardina despidió ayer el Carnaval de Navalmoral de la Mata, que batió su propio récord de participación y afluencia de público y se convirtió en el más importante de los últimos años, según el concejal de Festejos, Jorge González Ibarzo.

Una comitiva fúnebre integrada por obispos, cardenales, monjas y plañideras de riguroso luto acompañó a una sardina de cartón piedra que circuló durante toda la jornada por los distintos barrios de Navalmoral de la Mata en el remolque de un tractor. El cortejo partió de la Plaza de España y recorrió el hogar de mayores y las barriadas de El Cerro, Jumisa, Caperjar y Navarrosa. El ayuntamiento distribuyó 12.000 euros en concepto de subvención para los barrios y colectivos que se implicaron en la fiesta repartiendo sardinas, panceta, embutidos, vino y sangría. El hogar del pensionista registró largas colas desde las 10.00 de la mañana y preparó 2.000 raciones variadas para las personas que participaron en la fiesta de despedida.

El concejal de Festejos dijo, a modo de balance, que "nunca había visto un Carnaval como el de 2007" en los 28 años que lleva residiendo en Navalmoral de la Mata y agradeció la implicación del público y la colaboración de las peñas participantes en la fiesta. González Ibarzo destacó a la ausencia de incidentes importantes y agradeció la colaboración prestada por la policía local y la empresa concesionaria del servicio de limpiezas, Urbaser, para mantener en buen estado las calles de la ciudad.

Mención especial tuvo el pasacalles carnavalero de la noche del lunes que, según el concejal, es "la esencia del Carnaval de Navalmoral" porque no está sometido a normas. El pasacalles de 2007 también ha superado todas las expectativas con un fuerte incremento de la participación de grupos disfrazados y de público en las calles.

El alcalde de Navalmoral de la Mata, Rafael Mateos, se mostró partidario de que el próximo pregonero del Carnaval sea un integrante de las peñas, tal y como le habían solicitado irónicamente los miembros de la murga Faratabailes en el concurso de chirigotas y en el acto de entrega de premios. No obstante, tal y como recordó González Ibarzo, hay un proceso electoral en medio y la propuesta debe ser aceptada o rechazada por el próximo equipo de gobierno. Ahora, Navalmoral vuelve a la rutina de la labor diaria después de seis días ininterrumpidos de fiesta.