Los tres encapuchados que accedieron al chalet propiedad de la familia Flores conocían al detalle los movimientos de cada uno de sus integrantes, pero por el momento se descarta que sean de Navalmoral de la Mata. Los asaltantes eligieron la fecha y la hora adecuadas para actuar, una vez finalizado el verano y de madrugada. Sabían que los hijos del matrimonio, un chico y una chica, estudian en otra ciudad y se dirigieron directamente al dormitorio del matrimonio.

"Si hubieran querido matarlos lo habrían hecho", explicaron fuentes policiales, que calificaron la actuación como "chapucera".

La Subdelegación del Gobierno mantenía ayer la tesis de que se trata de un intento de robo con violencia e intimidación, pero las investigaciones llevan otro camino. Existen demasiados indicios que apuntan a que el asalto al chalet estuvo planificado por gente sin experiencia, pero con demasiada información: disponían de llaves para acceder a la casa sin forzar la puerta y sin provocar ruidos, conocían con cierto detalle la distribución de la vivienda pese a sus dimensiones y quién la habitaba. La investigación será larga y por el momento no habrá detenciones.