El pleno aprobó el pasado lunes, con los votos en contra de los grupos PSOE y de IU-Siex, la disolución de la universidad popular como organismo autónomo local, que pasará a depender directamente del ayuntamiento.

Así, mientras que los populares apuestan por su gestión a través de la concejalía de Educación el resto de partidos se posicionaron en contra y a favor de la actual forma de funcionamiento, que establece reuniones para la toma de decisiones entre el consejo de gerencia y de la Junta rectora en la que participan los distintos grupos políticos y asociaciones. Esta fórmula es, según la oposición, más "participativa y democrática", aunque en opinión de los populares estos encuentros carecian de periodicidad.

Sobre esta cuestión, el alcalde Rafael Mateos señaló que la modificación "va a afectar exclusivamente a la organización presupuestaria" y no a la actividad. Respecto a las reuniones del órgano de gobierno, la edil popular Angela Miguel protagonizó una de las sorpresas de la noche pidiendo al alcalde que le explicase por qué el consejo de Educación no se había reunido desde que ocuparan el gobierno municipal.