Los vecinos del barrio del Cerro han denunciado la indiferencia que padecen por parte de los responsables municipales ante las molestias y los ruidos que sufren cada fin de semana debido a los grupos de jóvenes que frecuentan esta zona. Los residentes explican que desde que la práctica del botellón se prohibiera en el municipio, la situación que viven "se ha hecho aún más grave, pues parece que se hubiera trasladado a esta zona".

José Fernández vecino de esta barriada afirma que en agosto del 2003 presentaron al ayuntamiento un escrito avalado con 200 firmas en el que "dábamos cuenta detallada de tales sucesos", sin que hasta la fecha se haya tomado "resolución alguna al respecto". Posteriormente seis vecinos se reunieron con el concejal de Seguridad Ciudadana, Santos Alemán y asegura que éste "nos pidió que le diéramos un mes de plazo para subsanarlo".

MEDIDAS Dos meses después volvió a celebrarse una segunda reunión en la que --según relata Fernández-- el responsable prometió "que tomaría medidas". Pero, este vecino señala que transcurrido más de un año "la situación se ha agravado" y la única medida que se ha tomado es la de fijar en la calle una señal que recomienda el cumplimiento de la Ley de Ocio y Convivencia, "tan sólo se ha puesto un cartel", se queja. Además, apunta que en este tiempo las denuncias realizadas por los vecinos a la policia se han sucedido cada fin de semana.

Aunque este es el problema más alarmante, los vecinos también han pedido que se instale la señalización para reducir la velocidad de los vehículos. "En la confluencia de las calles Avila y Talavera los coches pasan a gran velocidad", explica.