A 10 días de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el desconcierto es la nota predominante tras la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de dejar a las federaciones internacionales la potestad de prohibir o permitir la presencia de deportistas rusos en Río de Janeiro. Hay muy poco tiempo y muchas dudas. La mayor de ellas, la causada por una de las condiciones impuestas el pasado domingo por el COI: impedir la presencia de cualquier deportista ruso con un pasado ligado a algún caso de dopaje. Una condición que no se aplicará al resto de países.

Esa condición, verbalizada por el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, tendrá consecuencias muy paradójicas, como la ausencia de Yulia Stepanova, la mediofondista rusa que contribuyó, junto a su marido, a destapar el sistema de dopaje de Estado (en un documental de la televisión alemana ARD) que luego fue ratificado por el informe McLaren hecho público hace una semana. Stepanova, con un positivo de dopaje a sus espaldas, solo podrá estar en Río como invitada, viendo desde la grada como atletas con un pasado peor que el suyo luchan por las medallas.

GATLIN, 12 AÑOS DESPUÉS

Será el caso del velocista estadounidense Justin Gatlin, campeón olímpico de 100 metros en el 2004 y que, 12 años después, buscará un nuevo título tras haber permanecido cinco años sancionados por dos casos distintos de dopaje. En los 200 metros, Gatlin estará acompañado por LaShawn Merritt, castigado casi dos años entre el 2010 y el 2011 por la ingesta de un anabolizante.

Los casos son numerosos en distintos deportes. El tenista croata Marin Cilic, el esgrimista italiano Andrea Baldini y los nadadores chinos Ning Zetao y Sun Yang son algunos de lo que competirán sin problemas en Río, como hace cuatro años los hizo el esprinterDwain Chambers en Londres 2012. El intento del COI de implantar una cláusula en su Carta Olímpica para sancionar a los deportistas con pasado de dopaje para futuros Juegos -la llamada regla Osaka- tropezó con el falló del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) del 2011, en que se opuso a una doble sanción por una infracción ya castigada.

SOLO UNA ATLETA

Tras la petición del COI, es un goteo el de la federaciones internacionales que analizan las listas de deportistas rusos elegibles para Río. La de tenis (que aceptó a los ocho inscritos), tiro con arco (tres) y natación ya han emitido su veredicto, y se espera en las próximas horas la de judo. El atletismo, que estuvo en el origen del veto, al suspender a la federación rusa en noviembre del 2015 (veto ratificado la semana pasado por el TAS), se mantiene con una sola atleta aceptada, la saltadora de longitud Darya Klishina, que vive desde hace años en EEUU.

Stepanova, que también vive en EEUU, escondida tras su confesión, no estará en cambio en los Juegos. “Es incomprensible, esto no incitará en el futuro a nadie a lanzar alertas sobre el dopaje”, aseguró el director de Agencia Antidopaje de EEUU (USADA), Travis Tygart.

Rusia ha admitido haber detectado a 13 deportistas con historial de dopaje en su equipo olímpico. En él no estará la doble campeona olímpica en pértiga Yelena Isinbayeva, que recurrirá su ausencia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo porque, en su opinión, “la decisión no se ajusta a derecho”.