El consejero de Sanidad y Políticas Sociales debería irse a su casa. Estoy convencida de que resultaría más beneficioso para los extremeños.

Al escándalo de las vacunas, del concurso de ambulancias, de los enchufes de Gisvesa, tenemos que añadir el funesto reparto de ayudas para proyectos de acción social con cargo al 0,7% del IRPF.

Todo surge a raíz de que este año, por primera vez, y en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Constitucional, es competencia de la Junta realizar el reparto de fondos con cargo a ese 0,7% del impuesto que grava la renta.

El gobierno socialista, en el ejercicio de esa competencia, ha decidido dejar sin subvenciones al 80% de las asociaciones que desarrollaban los diferentes programas de atención social en nuestra región.

Es decir, ha dejado fuera a 127 entidades, repartiendo todos los fondos únicamente entre 33 asociaciones. Esto supone condenar a la quiebra a organizaciones que llevan más de una década trabajando en temas tan sensibles como el alzheimer o la drogodependencia, y, por tanto, se abandona a su suerte a los usuarios y a los profesionales que les atendían.

Hablamos de 393 programas que van a dejar de llevarse a cabo porque el señor consejero no previó que esto podría suceder.

Tampoco se atendieron las sugerencias que desde el Partido Popular se aportaron, y les pongo como ejemplo el caso de la Red de Atención a la Drogodependencia. Esta gravísima situación se hubiera evitado si el PSOE y Podemos hubieran votado a favor las 12 enmiendas que presentó el Grupo Popular a los presupuestos autonómicos de 2018 por valor de 500.000 euros.

¿Creen ustedes que el señor Vergeles está preocupado buscando desesperadamente soluciones que eviten este desastre?

Ya les adelanto que NO. Pues a una pregunta del Partido Popular en el pleno de la Asamblea se limitó a sugerir que seamos los populares quienes le demos la solución.

Señor Vergeles, es usted el consejero, es quien debe arreglar esta situación, y si no es capaz, como ya están haciendo otras comunidades autónomas como Madrid, pues váyase a su casa.

Porque para los enchufados de Gisvesa sí que se está esmerando en encontrar una solución que evite que se vayan a la calle, y, sin embrago, a estas asociaciones usted les dice que esto son «lentejas».

* Asesora jurídica y diputada del PP