Este será el primer artículo que escriba en esta sección en este nuevo año y bajo el tópico de los buenos propósitos, al igual que en inicio de curso, me siento como si tuviese el cuaderno nuevo e intento que la letra salga lo más bonita posible.

La ilusión y las ganas se renuevan, la sensación no es la de partir de nuevo sino la de empezar desde una nueva parada, continuar para evolucionar.

Es la actitud de enfrentarse con valentía a la nueva etapa e intentar marcar la hoja de ruta con unos objetivos claros que mejoren, adelantarnos al futuro para ofrecer soluciones.

Ahora afrontamos nuevos desafíos como los que muestran los datos de la Comisión Europea: en 2020 quedarán desiertos más de 750.000 empleos en áreas científico-técnicas.

Estamos acostumbrados a pensar en la innovación en clave de invento del siglo XIX: a la aparición de la bombilla o de la fotografía, sin pararnos a reflexionar en que su aparición iba mucho más allá, se orientaron hacia la mejora del bienestar social con el alumbrado público o que gracias a la fotografía apareció el Cubismo.

Corremos frecuentemente este error, confundir la herramienta con el progreso fascinados por la modernidad pero, ¿qué hubiese pasado si mi profesor de música solo se hubiese dedicado a enseñarme a cómo escuchar música en cedé, en cómo usar el cedé?

Pues hoy, lamentablemente, mis conocimientos de música estarían donde están los cedés hoy en las casas, en el olvido inútil más absoluto.

La robotización o el cambio del modelo energético supondrán profundas transformaciones en lo que conocemos hasta hoy, por eso debemos conocer e ir caminando hacia estos nuevos paradigmas para hacer de esta región un lugar de futuro, competitiva.

Un futuro creado en la igualdad de oportunidades, los mejores servicios públicos (educación, sanidad), donde la conciliación laboral sea una realidad y desde la innovación y el desarrollo.

Los proyectos de vida se buscan y Extremadura necesita que las generaciones que hoy se denominan las mejores formadas sientan que esto es así, que aquí está su oportunidad, su vida.

Cuando vemos la estrategia de economía verde y circular, la apuesta por la innovación en estos presupuestos, el refuerzo de las políticas de vivienda o la inversión en la generación empleo sabemos que el Gobierno de Guillermo Fernández Vara está sembrando en nuestra tierra.

Estabilidad para impulsar y crecer, para caminar y seguir sumando.