Estimado Javier Cercas , me caes bien, imagino que esto no tiene ningún mérito, ni por tu parte ni por la mía, pues la verdad es que no nos conocemos, y si nos conociéramos creo que tampoco tendríamos ningún mérito. Además me gusta como escribes, y debe ser por eso que me caes bien, o viceversa, pero todo esto te debe importar un rábano, y con razón, a mí en ocasiones también. La cuestión es que después de leer tu artículo de este domingo "El grotesco papelón de literato", me quedo pensando en unas palabras de Haroldo Conti : "Soy quejoso por naturaleza y lo dicen mis amigos y lo dice mi mujer, y debe tener razón, cuando el río suena por algo es, soy quejoso, me gusta quejarme inclusive me parece- mi cuñado por ejemplo me llama el suspirante". La queja, realizada con auto-ironía y distancia, como lo haces, tiene resultados sorprendentes, y qué bien. Pero hombre, no te pases, si para vivir de la escritura se debe asumir esa otra parte: viajes, comidas, restaurantes, y exponerse al coñazo o conversaciones con gente que no conoces ni te apetece, bienvenida sea. O por lo menos a mí no me importaría, debe ser que como no estoy en la misma situación. Por eso mismo decido ofrecerte mis servicios, estoy dispuesto a sustituirte en esos eventos, y suplantar tu personalidad para aligerarte el peso del éxito. Aunque recuerda lo que dice Alan Pauls , cuando el escritor ha conseguido tener todo su tiempo para escribir siempre encuentra una excusa para no hacerlo, pues necesita distraerse. A cambio de este favor, te pido que hoy, 23 de abril, le lleves de mi parte una rosa a una persona que vive en Barcelona, pues yo no podré hacerlo. Feliz día de San Jordi para todos. Y compren su último libro, para que se queje más.