Era el sábado, 9 de octubre de 1976, que me invitaron en Barbará del Vallés (Barcelona) hacer de monaguillo y luego más tarde asumiendo los compromisos de la confirmación asumí la caridad pastoral (antiguamente se le llamaba el celo por las almas o trabajar a favor de las almas) como catequista.

Como laico y dentro de la misión como laico consagrado he trabajado en las diferentes áreas del apostolado seglar tanto en etapa de dirección, en el anuncio de la palabra en sus diversas formas como en la pastoral de la caridad (diferentes asociaciones sociocaritativas de la iglesia tanto en España como en América)

El domingo 9 de octubre, en el contexto de la celebración de la confirmación, fue un motivo de dar gracias a Dios por este servicio incondicional de 40 años anunciando a Cristo tanto de Palabra como en su promoción humana y cristiana. El hecho que la celebración de la Confirmación fuese emotiva puede provocar dos cosas guardar un buen recuerdo de ella o abrirse a las diferentes vocaciones para vivir de una forma especifica su consagración bautismal y compromiso cristiano asumido en la Confirmación.