Una bestia asesina, que de ser humano solo tiene la apariencia, concita toda la atención del Gobierno, los medios de comunicación y las más altas instancias de nuestro sistema legal. Un hospital a su servicio, medios legales de defensa y todos los médicos, enfermeros y auxiliares que hagan falta.

Un honrado y desgraciado trabajador toledano solo encuentra una, terrible, salida a su sufrimiento de muchos años. Leo en su periódico los detalles y no quiero creérmelo. Tantos años acumulando trabajo y responsabilidades sin ayuda alguna --o insuficiente-- de la sociedad, nosotros , en la que vive. No hay servicios sociales y personal de apoyo para su padecer, probablemente porque no es un asesino político.

¿Qué sociedad estamos creando? Una en la que solo se presta atención a los que tienen la fuerza bruta o el dinero suficiente para apoyar a una opción política. Mujeres que deben esconderse en vez de que lo hagan sus agresores. Jovencitas que tienen que abortar porque no tienen medios --económicos, sociales, culturales, afectivos-- que las ayuden y parejas que han de salir al extranjero para adoptar un hijo.

Enfermos de la droga, que no reciben ayuda alguna, que pasan delante de nuestros ojos muriendo poco a poco, y día a día, mientras los traficantes cuentan con su ilícito dinero para pagar ayuda legal que les aleje o aminore la responsabilidad, y políticos irresponsables, figuras de la ¿cultura?, y de los medios de comunicación que coquetean con ella sin pudor alguno.

Enfermos desahuciados, solos y desesperados, que únicamente encuentran solución en la muerte sin que esta sociedad, nosotros , haya podido encontrar soluciones para sus males, apoyo para su soledad, consuelo para sus penas o esperanza para su enfermedad.

Quizás estamos creando un monstruo que un día también devorará a cada uno de nosotros y cuando ese día llegue y pidamos socorro, es muy posible que, como decía Bertol Brecht, sea demasiado tarde.

Alvaro Meléndez **

Badajoz