Periodista

El domingo, mi hijo vota por primera vez. El hecho me emociona, para qué vamos a negarlo, pero cuando le sugiero que podemos ir juntos a las urnas en plan padre enrollado que apadrina su bautismo democrático, él me mira como si se le hubiera aparecido Camilo Sexto disfrazado de montehermoseña, me quita las ilusiones con un cruel de qué vas y deja claro que él votará con sus colegas.

¿Y qué votará mi hijo? Pues la verdad, no lo sé. El da pistas, pero poco más. Hasta ahora ha tenido ligeros contactos con tres candidaturas. El sábado, por ejemplo, asistió al mitin-techno de Población en la plaza de toros. Pensé que su bautismo mitinero se debía al interés de su peña por conocer los diversos programas y propuestas, vengan de donde vengan . Pero en cuanto se olió mi rollo didáctico-democrático me dijo sooooo y me dejó las cosas claritas: "No, si nosotros fuimos porque nos habían dicho que daban cerveza gratis y luego resultó que no había cerveza por el morro y las copas eran a cuatro euros, tío, más caras que en La Madrila. El nota ése del Población se está pasando tres pueblos".

El segundo contacto político fue con unos chavales que dijeron ser de Izquierda Unida, pero vete tú a saber de dónde habrían salido. Se acercaron a la peña de mi hijo, que meditaba trascendente en la plaza de Colón, y les dijeron que ellos proponían el transporte gratis de drogas blandas en Cáceres. Hombre, los colegas de mi hijo pueden llamarse Lisérgico, Mandrágoro o Flipao, pero no son imbéciles y saben que por mucho que se empeñen los partidos, Cáceres no se va a convertir en Amsterdam de la noche a la mañana, así es que también pasaron de los cachondos del narcotransporte gratuito.

El candidato de quien más cerca han estado mi hijo y sus amigos es de Carlos Floriano. Resulta que una tarde iban por Cánovas y vieron a un tipo que les sonaba. Como tienen mucha cara, se le quedaron mirando hasta que se hizo la luz en el cerebro de Fiambre, un coleguilla de mi hijo al que apodan así porque su padre trabaja en una funeraria. "Osti, tío, mira, el nota de los autobuses, ¡qué fuerte!", identificó a Floriano el tal Fiambre. Todos se asombraron de que una cara que recorre Cáceres estampada en los autobuses se hubiera convertido en un paseante de Cánovas y parece ser que el Mandrágoro gritó alucinado: "¡Qué movida movidosa!" . Floriano, según mi hijo y su peculiar peña, viendo la posibilidad de un voto juvenil, los miró, les sonrió y les dedicó un oquéi con los pulgares hacia arriba. "¡Qué chungo, tío, nos abrimos mogollón de rápido!", resumen su reacción.

Como ven, la peña no acaba de tenerlo claro. Los contactos con Población, IU y Floriano no les han convencido. Les he sugerido que se acerquen al Corral de las Cigüeñas, donde hay un acto de los jóvenes socialistas, y así conocen a Carmen Heras. Pero han descartado la idea: "No te rayes, tío, la pava ésa es profesora". Me temo que el domingo iré a votar con mi mujer. Mi hijo y sus colegas que hagan lo que les dé la gana. Por mí, como si votan a Camilo Sexto.