WLw a renovación en el primer sindicato español ya es un hecho. Por solo 28 votos (512 frente a 484), Ignacio Fernández Toxo ha sido designado secretario general de CCOO en sustitución de su antecesor y también candidato a la reelección, José María Fidalgo. El noveno congreso confederal de la central ha puesto de manifiesto la gran herida abierta, la profunda división que vive la organización en su interior y que ha tenido manifestaciones y episodios de diferente dimensión pública durante los últimos años de mandato de Fidalgo.

El secretario general saliente no ha conseguido revalidarse en su cargo pese a sus desesperadas llamadas a la unidad interna y a la búsqueda de una candidatura de consenso, presidida por él, que aunara las diferentes corrientes que viven en CCOO. Si cuatro años antes Fernández Toxo decidió retirarse de la batalla electoral --justo cuando Fidalgo hizo esas mismas peticiones--, en esta ocasión ha optado por llevarla hasta el final y plantar cara a un modelo de gestión de tono personalista y escasamente sensible al Estado autonómico y a sus diferentes manifestaciones de pluralidad política, social y cultural. De ahí, entre otras razones, nació el apoyo prácticamente unánime al que será nuevo líder de la organización de una de las facciones importantes del sindicato, la catalana. Los frecuentes desencuentros entre la esta y Fidalgo por planteamientos relacionados con su visión jacobina del sindicato fueron el detonante del alineamiento casi incondicional de los catalanes con la propuesta de futuro defendida por Toxo, que combina un diseño equilibrado entre las organizaciones de sector y las que representan a los territorios. CCOO de Extremadura manifestó inicialmente su apoyo a Fidalgo, pero ayer el secretario regional del sindicato, Julián Carretero, dejó claro que no se sentía "perdedor" y que Toxo tendrá a partir de ahora el apoyo extremeño para llevar a cabo el programa de acción aprobado en el congreso. Además, Carretero abogó por situar la solución a la crisis económica, que afecta de forma muy importante a los trabajadores, como el "elemento fundamental de la acción sindical".

Por último, reseñar que toda la sensibilidad del nuevo secretario general puede resultar insuficiente para atemperar los rasguños que este congreso que se clausuró ayer dejará entre el sindicalismo. Demasiadas heridas abiertas en un momento de profunda crisis económica, en el que el primer sindicato español puede jugar un papel clave para resolver los retos a los que el país se enfrenta de manera inmediata. Entre otros, y de manera prioritaria, el proceso de concertación y diálogo social que está próximo a iniciarse de manera efectiva. Con esas prioridades en el horizonte inmediato, la mano izquierda de Toxo debe serlo más que nunca para recomponer, en defensa de los trabajadores, a las diferentes familias que han mostrado su división en el congreso.