Periodista

Detrás de cada mujer con hijos que trabaja fuera de casa hay una abuela, un abuelo o, con suerte, los dos que hacen posible que esa madre se quede despachando con el jefe hasta las tantas o no tenga que tomarse un día de vacaciones cada vez que su pequeño se despierta con fiebre. Honroso papel que se ve interrumpido en miles de casos al año cuando una pareja se divorcia por las malas y los padres del marido o de la mujer se quedan, de hecho, sin nietos de por vida.

A partir de ahora los jueces podrán regular el régimen de visitas de los abuelos, igual que el de los padres, en caso de divorcio de una pareja con hijos. El peor de los castigos que puede imponerse a un abuelo, no poder jugar con su nieto, ha quedado abolido. Los abuelos lo son, al fin, para siempre.