TMte aburre tanta bondad. O parecido. Me aburre y hasta me sonroja el morreo de Ibarra con Saponi , en tanto, Cáceres sigue sin un metro de autovía, sin la posibilidad de un necesario renacimiento y se acerca a la categoría de ciudad residual. Me aburre el papel edulcorante de la prensa regional y el almíbar de quienes a diario repiten que esta ciudad es lo más parecido al patio del limbo.

Gente que no se aburre tanto como yo, dueños de los entresijos políticos, me dicen que la actitud benevolente con Saponi, es estrategia vieja: es un alcalde amortizado que no pide demasiado, --ahí está la precariedad de la ciudad--, frente a la exigente demanda que supondría para Mérida un regidor socialista obligado a demandar abultadas partidas presupuestarias para detener el espíritu decadente de Cáceres y el desequilibrio regional. Viejos compañeros de colmillos de hiel, hasta sospechan que anteriores candidatos socialistas pudieran haber logrado la alcaldía, de no mediar tanta bondad. O sea, la generosidad en el affaire Vela , sería, según estos augures, un estratégico juego político cuyas víctimas serían, otra vez, los felices ciudadanos cacereños. Hay que confesar que ante tan unánime lección de elegancia democrática publicada, la labor de estos maquivelos hace pensar al más aburrido.

*Licenciado en Filología