Quien predijera que Pedro Acedo, exalcalde de Mérida y hombre fuerte del PP en esa ciudad, no podría volver al núcleo de dirección del partido se equivocaba. La lógica e incluso la coherencia política podrían hacer pensar en un definitivo distanciamiento entre el actual presidente regional, José Antonio Monago, y quien no solo le intentó disputar la presidencia de la formación, sino que le amenazó con ir a los tribunales después de que el censo de militantes para votar a los compromisarios de la zona de Mérida se inflara artificialmente, en un intento de restar poder a Acedo. Pero que la política hace extraños compañeros de cama es un axioma que se cumple inexorablemente. Sobre todo si, como es el caso, Monago necesita a Acedo. Este es el sentido de su recuperación y de que haya sido el presidente regional quien haya invitado al emeritense a sumarse "al proyecto". El mensaje oficial es que el partido está ahora más unido. Y en sentido literal es así: Pedro Acedo mantiene una cuota de poder con la que conviene más estar a bien que a mal. Pero José Antonio Monago, con ese movimiento, ha transmitido también debilidad, puesto que los apoyos con los que ganó el congreso autonómico parecían en teoría suficientes para haber ´enterrado´ políticamente al exalcalde. Ya se ha visto que no. Quien sí ha sido ´enterrada´ es Pilar Vargas, elegida en su momento por Carlos Floriano como candidata a la alcaldía emeritense y ahora desautorizada.