Aunque nuestra capacidad de sorpresa ya está a estas alturas narcotizada por saturación, deja perplejo contemplar cómo quienes pontifican sobre la necesidad de seguir investigando sine die el 11-M para llegar a la verdad, carguen ahora contra Garzón por buscar precisamente la verdad sobre la actuación dudosa de tres peritos en la elaboración de un informe considerado sustancial para los teóricos de la conspiración para demostrar la conexión entre ETA y los terroristas islamistas en la autoría de la masacre.

XGARZON LLAMOx a los peritos para saber si el ministerio del Interior había manipulado un documento oficial, tal y como defendía el medio que lo desveló, y se encontró con que los propios peritos reconocieron que el informe nunca tuvo tal carácter, siendo ellos mismos quienes --presuntamente-- lo manipularon al recuperarlo, firmarlo de nuevo y colarlo un año después de ser rechazado por sus superiores. No se sabe con qué propósito y esa es una de las cosas que quiere averiguar también Garzón para intentar llegar a la verdad. Pero parece que la verdad es patrimonio exclusivo de unos cuantos, intocable para los demás.

Garzón ha sido acusado públicamente de "rayar la prevaricación", "de organizar un montaje para criminalizar a los peritos", de maniobrar "al servicio del Gobierno", de "linchar a tres inocentes". Los miembros del sector progresista del Poder Judicial han intentado que la institución diese amparo al juez atacado, pero los consejeros afines al PP han frenado la intención, alegando que se está investigando si Garzón maltrató a los peritos durante el interrogatorio, algo que han negado los fiscales que lo presenciaron. Dado que el propio Consejo amparó al juez del Olmo ante los insultos de un periodista a pesar de que también estaba siendo investigado, se entiende mal esta nueva postura. O quizás se entienda muy bien.

Tengo para mí que desde que Garzón regresó de su año sabático de EEUU y dijo aquello de que "los jueces sabrán tener en cuenta el alto el fuego de ETA en sus actuaciones" se colocó en el centro de la diana. El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz , ya ha declarado que Garzón ha imputado a los peritos con la única intención de favorecer "el proceso de rendición" del Estado ante ETA.

En fin, el ácido bórico está teniendo una gran capacidad explosiva y, aunque incapaz de hacer volar trenes, está sembrando el país de escombros que permanecerán aún cuando se demuestre lo que parece evidente: que ETA no participó en la masacre de Madrid salvo en los sueños delirantes de unos cuantos.

*Periodista