WLwos ocho millones de trabajadores cuyos convenios han de renovarse este año tienen casi garantizado que el aumento de sus sueldos se hará en función del IPC del 2005. Este es el principal efecto de la prórroga del pacto entre la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT de marzo del año pasado, en el sentido de aplicar incrementos de manera que se mantenga el poder adquisitivo de los asalariados ajustando las nóminas a la inflación real si no es la prevista por el Gobierno. Este 2006, las revisiones se moverán entre el 3,5% y el 4%, una vez sabido que el IPC del 2005 fue del 3,8%.

La diligente renovación del acuerdo de negociación colectiva, que también refleja el deseo del presidente de la patronal de no tener frentes abiertos cuando se inicien las elecciones en la CEOE, ofrece aspectos positivos. Por un lado, se admite que los salarios pueden aumentar sin que necesariamente sean un factor multiplicador de la inflación. Además, queda claro el espíritu con que sindicatos y patronal afrontan sus próximos objetivos. Salvado el escollo de la revisión salarial, los interlocutores se han de centrar en las reformas de la legislación laboral y la asistencia social, y el Gobierno debe saber aprovechar esa disponibilidad.