Leo "un colosal Sevilla pierde en una trepidante prórroga tras un partido magnífico . Leo también un formidable Sevilla hace la mejor temporada de su vida . O El gran Barcelona se supera y Suárez lamenta su tragedia entre lágrimas . O Jordi Alba culmina con un gol increíble una obra de arte de Messi . Y hablando de arte, leo también que un escritor de cuyo nombre no quiero acordarme afirma que eliminar la muerte del toro en la supuesta fiesta del toro de la Vega es como echar abajo un monumento. Sin muerte no hay fiesta, se queja un lancero, que habla de inteligencia contra bravura y de transmitir unos valores tradicionales que se están perdiendo. Y aún más, en la página web del festejo se ha colgado un texto que anima a incumplir las leyes, olvidar la paz y prepararse para la guerra. Es el momento de seguir cumpliendo nuestra tradición ancestral como siempre, pese a todo y pese a quien pese, anuncia, y luego, más rotundo: Es el momento de matar al toro de la Vega.

Leo también que unos treinta niños sufrieron abusos en un campo de refugiados en Turquía. Y que la mayoría de las familias no lo ha denunciado por miedo a las represalias. Y que en otros campos, las mujeres, que viven aparte, apenas salen de las tiendas por miedo a las violaciones. Y que las peleas son constantes. Que el alcohol corre por el campo, y de noche, muchos hombres tratan de entrar en la zona de las mujeres. Y que tienen miedo, repito. Pánico. A la oscuridad y a lo que las aguarda fuera. Y pienso que son mujeres como nosotras, y niños como los nuestros, que hace nada tenían casa, comodidades, escuelas. Y trato de buscar en los titulares un adjetivo para calificar el horror, y otro que defina el estado de indiferencia que nos invade, pero entre el fútbol y los toros se ha agotado la retórica de todos los comentaristas. Y pienso que si existe la justicia divina debería fulminarnos a todos, de una manera formidable, colosal y magnífica, sin monumento alguno que recordara nuestra barbarie, la sustancia del mal, sin adjetivo posible.